El Ayuntamiento de Zaragoza defiende la “solidez” del proyecto de obras de La Romareda pero admite estudiar otros escenarios

Serrano insiste en que la prioridad es buscar la mejor solución para la afición del Real Zaragoza.

Recreación de la vista de la terraza prevista en la nueva Romareda, con el paseo de Isabel la Católica y el hospital Miguel Servet.
Recreación de la vista de la terraza prevista en la nueva Romareda, con el paseo de Isabel la Católica y el hospital Miguel Servet.
IDOM

El concejal de Urbanismo e Infraestructuras, Víctor Serrano, ha defendido este martes la “solidez” del plan A de La Romareda. Es decir, la división en cuatro grandes fases del proyecto del nuevo estadio para compaginar los trabajos con la competición deportiva. El edil ha recordado que otras ciudades han utilizado esta misma fórmula, pero ha reconocido que se están analizando otros escenarios, ya que solo con las primeras demoliciones -centradas en el gol sur, la antigua gerencia de Urbanismo y el Cubo- se perderán entre 7.000 y 9.000 localidades.

“Estudiarlos es nuestra obligación. La Liga está especialmente centrada en ver qué otras posibilidades podríamos tener, y en eso estamos”, ha dicho Serrano, que ha querido ser “extremadamente prudente” y ha admitido la “preocupación” del Real Zaragoza. “Para que todo sea transparente se requiere de discreción hasta no tener certezas, y las certezas llegan con el trabajo. Cuando haya o no un plan que contar, la alcaldesa lo hará con todo lujo de detalles”, ha agregado.

A su juicio, los aficionados del Real Zaragoza no deben perder de vista que la prioridad es el plan A, con el que se busca garantizar “el máximo aforo y la máxima comodidad” de los seguidores durante los más de cuatro años que durarán las obras. “Eso sí es ya una realidad y forma parte del proyecto de demolición del estadio, que está ya en licitación. Debemos fijarnos en esa realidad y en las certezas que tenemos”, ha remarcado.

Él mismo asumió en 2023 que el club tendría que jugar “algún partido fuera” por las obras, aunque está por ver si, llegado el momento, lo haría en otro estadio de la Comunidad como El Alcoraz, se optaría por jugar en otro campo de fuera de Aragón o se apostaría por soluciones provisionales. Cualquier alternativa, en todo caso, no sería inmediata, ya que el objetivo “es que el 7 de julio, después del concierto de Bunbury”, ya se esté trabajando en el interior del estadio. “No va a dar tiempo con carácter previo a tener una solución definitiva. Para el 7 de julio falta lo que falta, que no es mucho”, ha señalado.

Los meses críticos se darían con la demolición de la grada este, la más próxima al hospital Miguel Servet, y la construcción del nuevo gol sur, allá por el verano de 2025. Para Serrano, se ha hecho ya “lo difícil”. “Ahora estamos mejorando algo que, desde mi punto de vista, ha sido un logro para la ciudad. Todo se va a hacer con la buena voluntad de que el equipo, y sobre todo los aficionados, estén de la mejor manera posible y que los aforos sean también los máximos posibles”, ha insistido.

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