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El rastro de Javier Márquez se pierde junto al Ebro: un río de interrogantes de Logroño a Zaragoza
El joven riojano, residente en Zaragoza, sigue desaparecido. Su paradero continúa siendo un misterio, pero ¿qué sabe hasta ahora la Policía de lo ocurrido?
A punto de cumplirse dos semanas de su desaparición, el paradero de Javier Márquez Villaverde (20 años) sigue siendo un misterio. Nacido en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), el joven vivía a desde hace cuatro años en Zaragoza, donde decidió instalarse para formarse como judoca de alta competición en el Centro Natación Helios. Sin embargo, a Javier se le perdió la pista la madrugada del pasado 2 de marzo en Logroño, donde se desplazó con su cuadrilla para pasar una noche de fiesta. A partir de ahí, todo son interrogantes sin respuesta. Y el paso de los días, hace que su ausencia resulte cada vez más angustiosa.
“La última conexión de su teléfono se produjo en Logroño, cerca del Ebro. Desde entonces, silencio absoluto”, explican fuentes policiales a HERALDO. Los amigos del joven lo vieron por última vez sobre las 5.30, cuando se despidió de ellos para volver solo a casa de su hermana, que reside en la capital riojana. Las últimas personas que aseguran haberse cruzado con Javier no lo vieron en las mejores condiciones. Parece que iba dando tumbos y llegó a caerse. Pero le ayudaron a incorporarse y continuó caminando hasta la zona del puente de Piedra.
El hecho de que la última antena a la que se conectó el celular del joven estuviera cerca del río, sumado a los testimonios de los testigos que los ayudaron de madrugada propiciaron que el operativo de búsqueda se centrara desde el primer momento en los sotos inundables del Ebro en Logroño. Allí se le ha buscado con perros especializados en la localización de personas, con buzos e incluso con drones. Pero ni una sola pista. Al menos, que haya trascendido, puesto que el propio jefe superior de la Policía Nacional en La Rioja, Manuel Laguna, indicó que el caso había sido declarado secreto.
Cuando se trata de una desaparición como esta, ninguna posibilidad puede descartarse de antemano. Sin embargo, la que por ahora cobra más fuerza es la de una posible caída accidental. Y al ubicar a Javier Márquez tan cerca del cauce del río, no solo hay que buscarlo por la ribera, sino que es necesario barajar la posibilidad de que fuera arrastrado por la corriente río abajo. “Sabemos más o menos a qué velocidad avanza un cuerpo por el agua, pero es que la desaparición ha coincidido con la crecida del Ebro, lo que dificulta mucho los cálculos”, indican desde el operativo de rescate de Zaragoza. Porque la Policía Nacional de La Rioja ha pedido a sus compañeros en Tudela y la capital aragonesa que dediquen todos los medios posibles a ‘peinar’ sus tramos urbanos del Ebro. Y eso están haciendo, con apoyo incluso del trabajadores de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).
"Podemos ver una matrícula a dos kilómetros"
El helicóptero Cóndor, con base en Zaragoza, no deja de hacer batidas estos días por el río. El miércoles, sobrevoló los alrededor de 35 kilómetros que separan la ciudad de la presa de Pina. “La cámara nos permite ver una matrícula a dos kilómetros de distancia”, comentaba esta semana el operador durante un vuelo con HERALDO. “Estamos atentos a cualquier cosa que veamos en el agua -añadía-, pero ponemos especial atención en las orillas, donde el agua está más clara”. Este jueves, la unidad aérea tenía previsto seguir buscando a Javier Márquez, esta vez, aguas arriba de Zaragoza.
En el caso hipotético de que se hubiera producido la fatal caída y el cuerpo hubiera sido arrastrado por la fuerza de la corriente, este tendría que terminar emergiendo a la superficie. Los expertos recuerdan que la temperatura del agua es un factor clave a la hora de acelerar o retardar la descomposición bacteriana del cadáver. Durante esta se forman distintos gases: hidrógeno, amoníaco, metano, anhídrido carbónico, nitrógeno y ácido sulfhídrico, que son los que hacen que el cuerpo acabe flotando. Basándose en la llamada tabla Devergie, los forenses saben que un proceso que en verano puede llevar de 5 a 8 horas en invierno puede retrasarse 3 y 5 días.
Inspeccionan un local okupa en Logroño
La Policía no puede centrarse en una única vía de investigación, de ahí que este miércoles estuviera inspeccionando incluso un local okupado en la calle El Puente de Logroño. Como manda el manual, al margen del posicionamiento del teléfono móvil, los agentes habrán comprobado estos días las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona donde fue visto por última vez Javier Márquez, así como los posibles usos de sus tarjetas bancarias. Pero el hecho de que la Policía esté dedicando tanto esfuerzo a buscar al joven en torno al Ebro apunta a que las demás pistas no habrían arrojado mucha información.
La pista del judo en Zaragoza
El riojano había hecho de Zaragoza su segundo hogar, ya que vivía en la ciudad desde los 16 años, cuando su familia le impulsó a intentar hacer realidad su sueño de convertirse en campeón de judo. Empezó a despuntar desde muy pequeño, ganando incluso algún campeonato infantil internacional. Por ello, cuando surgió la posibilidad de integrarse en el proyecto de formación del Centro Natación Helios, el chaval no se lo pensó dos veces.
Cuando llegó a la capital aragonesa, Javier Márquez era todavía menor, por lo que su entrenador, Sergio Doménech, se encargó de ‘tutorizar’ a la joven promesa. “Era solo un chaval y ello nos obligaba a estar más pendientes. Había dejado su casa en Santo Domingo para dedicarse a esto. Y su esfuerzo estaba dando resultados, porque competía a nivel nacional”, explicaba hace unos días. Ahora, todos en el club en tener pronto noticias sobre el paradero del joven.
