Seguridad

Así es la normativa antiincendios de Zaragoza, de las más exigentes de España

Tras los sucesos del hotel Corona, la discoteca Flying y Tapicerías Bonafonte, la capital aragonesa endureció la normativa contra los fuegos y ahora se considera una de las mejores del país.

Incendio del hotel Corona
Incendio del hotel Corona.
Heraldo.es

Zaragoza revivió el pasado jueves los fantasmas del hotel Corona (78 muertos), la discoteca Flying (43 víctimas) y la Tapicería Bonafonte (28 fallecidos) tras darse a conocer la noticia del incendio en Valencia. Las intensas llamaradas que devoraron un bloque de viviendas del barrio de Nou Campanar en escasa media hora han avivado en la memoria de los zaragozanos los trágicos sucesos que provocaron que, hoy en día, la capital aragonesa tenga las normativas antiincendios más duras del país.

De hecho, los expertos dicen que la ciudad ya tenía una normativa avanzada para la época hace ya casi tres siglos, cuando un incendio dejó 79 muertos en el Coliseo de Comedias, ahora Banco de España. Entonces, las puertas se abrían hacia adentro, lo que favoreció que mucha gente no pudiera escapar. No obstante, con los tres citados sucesos se endureció la norma todavía más hasta llegar a hoy. Tras el incendio del Corona, en el 1979, se fusionaron las ordenanzas municipales de Madrid y Barcelona, con lo más limitativo de cada una, para crear una propia.

Cabe recordar que, por ejemplo, en Zaragoza es obligatorio instalar un detector de humos, incendios y calor en el falso techo y falso suelo cada 200 metros cuadrados en los locales, mientras que en casi todo el territorio nacional es cada 1.000 metros cuadrados. Así, antes de inaugurar un local, los propietarios deben presentar un proyecto acorde a la ordenanza municipal. Después, los bomberos lo inspeccionan y, si el resultado es favorable, queda en manos de la propiedad mantener estos sistemas en buenas condiciones.

43 personas murieron en la discoteca Flying. La noche del sábado 14 de enero de 1990 debería haber sido de fiesta, pero se convirtió en una de las más trágicas. Las víctimas y sus familias, personas humildes en su mayoría, apenas fueron resarcidas por los que la Audiencia estimó responsables del incendio: el dueño y el encargado, que no dio la voz de alarma.
43 personas murieron en la discoteca Flying. La noche del sábado 14 de enero de 1990 debería haber sido de fiesta, pero se convirtió en una de las más trágicas. Las víctimas y sus familias, personas humildes en su mayoría, apenas fueron resarcidas por los que la Audiencia estimó responsables del incendio: el dueño y el encargado, que no dio la voz de alarma.
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La ordenanza municipal puede comprobarse en la propia página web del Ayuntamiento de Zaragoza. Se recoge, por ejemplo, que los cuadros eléctricos de potencia igual o superior a 100 kW deberán emplazarse en locales de riesgo especial bajo; en las escaleras y pasillos protegidos necesarios para la evacuación no puede haber armarios eléctricos de ningún tipo, y un largo etcétera.

Esta ordenanza también recuerda que los materiales de revestimiento exterior en fachadas, medianeras y los de las superficies interiores de las cámaras ventiladas (la famosa fachada ventilada) deben ser de clase de reacción al fuego no superior a B-s3d0, o más exigente. "Para evitar el riesgo de propagación vertical u horizontal de un incendio por fachada entre sectores diferentes, en soluciones constructivas de fachadas ventiladas es preciso mantener las franjas que se indican en el Código Técnico de la Edificación, entre las dos fachadas, salvo que la exterior disponga de un 75% de la superficie permanentemente abierta", se puede leer en la página del Ayuntamiento.

El documento recoge una ristra de obligaciones a cumplir por parte de los constructores y en base al Código Técnico de la Edificación, que también ha evolucionado con el paso de los años, especialmente en lo que a incendios se refiere. Cabe recordar, además, que los Bomberos de Zaragoza guardan fichas de más de una veintena de edificios que pueden presentar dificultades ante el fuego, que son, especialmente, aquellos que tienen muchas alturas. Allí se guardan planes de evacuación, aforos, estructuras, instalaciones... En el caso del incendio de un piso, se suelen movilizar 17 bomberos, con un tiempo medio de llegada de entre tres y cuatro minutos.

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