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Los cánticos de los autores de la triple paliza en pleno centro de Zaragoza apuntan a una posible 'cacería'

Según una de las víctimas y dos testigos, los agresores coreaban "como un himno de ellos" cuando los perseguían. 

Triple paliza en pleno centro de Zaragoza
Triple paliza en pleno centro de Zaragoza
V. M.

La Policía Nacional sigue investigando el origen del brutal ataque del que fueron víctimas el pasado fin de semana dos jóvenes de 21 y 23 años en pleno centro de Zaragoza y en el que también fue pateado un policía nacional de paisano que intentó defenderlos. Pero todo apunta a que el grupo de al menos diez personas que protagonizó la violenta agresión actuó de forma organizada e incluso pudo salir de ‘cacería’. Según ha podido saber HERALDO, una de las víctimas y varios testigos explicaron a los investigadores que vieron llegar a los agresores entonando una especie de “himno o cántico”. “Uno de ellos, de pelo abultado ‘afro’, era el que gritaba y el resto lo repetía”, contaron. Ni los dos jóvenes que acabaron en el hospital ni las dos chicas que los acompañaban conocían de nada a estos individuos, que vestían de oscuro y desde el primer momento les infundieron “bastante de miedo”.

La forma de actuar de los atacantes y su indumentaria, unido al hecho de que los testigos los identificaron como personas muy jóvenes y “de origen sudamericano, en su mayoría”, hacen que la Policía esté investigando su posible vinculación con alguna de las tres bandas latinas activas en la capital aragonesa: Dominican Don’t Play (DDP); Black Panther (BP); y Trinitarios. Pero las pesquisas siguen abiertas y esto es algo que todavía no se ha podido confirmar. Entre otros motivos, porque ninguno de los dos adultos detenidos por estos hechos -también se arrestó a tres menores de 16 y 17 años- arrastra delitos violentos o de pertenencia a asociación ilícita. El presunto cabecilla del grupo, Osmy Eliu O. A., de 19 años, carece por completo de antecedentes. Sin embargo, la Fiscalía y la acusación particular, a cargo del abogado Marco Antonio Navarro, solicitaron su ingreso en prisión provisional y la jueza de guardia la concedió.

El grupo de amigos sobre el que los agresores descargaron una “violencia desmedida” había estado de fiesta en la discoteca Green, en la calle de José María Lacarra de Miguel. Sobre las 6.30 del domingo, día 11, decidieron abandonar el local en dirección al Camino de Las Torres para coger un taxi. Pero nada más salir, escucharon los cánticos y, temerosos,  aceleraron el paso. Una de las víctimas y su hermana les escucharon corear “no somos dos, somos tres”, frase que repetían constantemente. La otra joven creyó oír algo parecido: “Cantaban una canción que era como un himno de ellos y que era algo así como ‘un, dos, tres… un, dos, tres…’, lo que repetían todos de forma reiterada”.

El atestado policial

Una patada en la cabeza lo dejó noqueado

Tras perseguir a los cuatro jóvenes calle arriba durante unos 120 metros, al llegar a los contenedores de reciclaje ubicados a la altura del número 45 del Camino de las Torres, los atacantes se abalanzaron sobre uno de los chicos del grupo “sin mediar palabra”. Así lo explicó después el policía de paisano que intentó frenar la agresión y que también acabó en el hospital. “Lo estaban pateando como a un muñeco inerte”, señaló el funcionario, quien temiendo por la vida del joven gritó “¡alto, Policía!”. Según el agente, fue un ataque “súbito y brutal”, lo que no dio ninguna opción de defensa a la víctima. Pero poco pudo hacer el policía, porque al tratar de retener al principal agresor recibió “una brutal patada en la cabeza” que lo hizo caer al suelo “completamente noqueado”. De hecho, llegó a perder la consciencia y lo siguiente que recuerda es la llegada de los primeros coches patrulla.

La hermana del primer agredido recibió varias patadas en las costillas y también tuvo que pasar por urgencias del Servet. La joven declaró después en comisaría que se asustó mucho al ver cómo los agresores cogían varios platos que había junto a los contenedores y empezaban a lanzárselos. Acto seguido, llegó la lluvia de patadas y puñetazos. Según esta, el amigo de su hermano llegó a echarse encima de él para intentar protegerlo con su cuerpo. La segunda fémina del grupo recordó que además de los platos, la banda les lanzó vasos de vidrio. “Cogieron una lámpara voluminosa de cristal que se encontraron en el suelo y se la rompieron en la cara”, añadió, identificando como víctima al chico que protegía a su amigo.

Buscan cámaras que pudieran grabar la agresión

La Policía Nacional ha estado revisando el recorrido que hicieron las víctimas desde que salieron de la discoteca en busca de posibles cámaras de seguridad que pudieran grabar lo ocurrido. En cualquier caso, los investigadores trabajan ya con pruebas importantes, como la ropa manchada de sangre que vestía el líder del grupo en el momento de su detención. La Policía Científica ha extraído muestras para comprobar si dicha sangre es de alguno de los agredidos. El encausado se negó a facilitar voluntariamente su ADN para el cotejo, por lo que hubo que solicitar una autorización judicial para la toma de muestras.

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