Avenida de Cataluña: de eterna carretera nacional a referente de la Zaragoza del siglo XXI

La vía, de tres kilómetros de extensión, ha sido testigo de la transformación de la capital mientras esperaba durante décadas la suya propia.

Imagen histórica de la avenida de Cataluña, en Zaragoza
Imagen histórica de la avenida de Cataluña, en Zaragoza
Heraldo

La avenida de Cataluña ha comenzado a dejar atrás su eterna imagen de carretera nacional para convertirse en “un referente” de la Zaragoza del siglo XXI con la inauguración del primer tramo de su reforma integral, en el que se han invertido 4,4 millones de euros. 

Sus tres kilómetros de extensión -desde el paseo de la Ribera hasta la avenida de Santa Isabel- la han convertido en testigo de excepción de la transformación de la ciudad. La suya, reivindicada durante décadas por el movimiento vecinal, parecía que nunca iba a llegar. Durante años ha sufrido problemas de chabolismo, limpieza e inseguridad, así como carencias de alumbrado y arbolado; una degradación a la que se unían unas aceras estrechas y agrietadas por las que apenas se podía pasear y que llevó a los vecinos a salir a la calle en repetidas ocasiones.

La falta de mantenimiento por parte del Gobierno central hizo que se convirtiera “en un agujero urbano”, una cicatriz que se vio agravada con la marcha de parte de las empresas establecidas y para la que se pedían soluciones en cada Cincomarzada.

El punto de inflexión se produjo en 2019 con la cesión, por parte del entonces Ministerio de Fomento, del tramo comprendido entre el Grande Covián y el Gállego -del kilómetro 324,830 al 326,180 de la N-IIa-, aunque los mayores cambios, dicen quienes llevan viviendo allí desde siempre, se verán en los próximos años con la gran rotonda que se construirá bajo el puente del ferrocarril y, en especial, con la “vida” que insuflarán los cerca de 10.000 vecinos que se mudarán a las nuevas promociones. El Ayuntamiento ha prometido que no dejará la obra a medias y trabajará en el tercer y último tramo “en paralelo” al segundo, aunque, por el momento, no ha avanzado plazos.

La imagen que ahora se vislumbra, con nuevos bloques prácticamente acabados, máquinas que trabajan a destajo en los que se inaugurarán en los próximos años y unas aceras anchas de entre 10 y 12 metros con carril bici y zonas ajardinadas, poco tiene que ver con la que ofrecía en el siglo pasado, de un marcado carácter industrial. También han cambiado sus tripas, con una renovación de la red de abastecimiento y saneamiento que evitará roturas y averías.

Antes y ahora

La avenida de Cataluña ha sido hogar de la fábrica de piensos Pygasa, talleres como Ballestas Mag y Filtros Mann, chatarrerías y concesionarios. La antigua fábrica de galletas Patria, la casa Solans, el edificio de estilo neomudéjar proyectado por Ramón Lucini, el dragón emergente del escultor Carlos Ochoa y el convento de las Carmelitas Descalzas siguen siendo algunas de sus grandes referencias. También destaca por la variedad arquitectónica de sus edificios, con ejemplos de estilo ecléctico, racionalismo y art decó.

Al margen de las reivindicaciones vecinales, la avenida de Cataluña ha sido testigo de algunos de los momentos más tristes de la historia de la ciudad, como el atentado contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil perpetrado por la banda terrorista ETA en 1987, en el que murieron 11 personas, seis de ellas menores de edad. También sufrió especialmente el golpe de la crisis económica de 2008 con el cierre de decenas de negocios.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión