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Roberto Martín y el ganadero Santi Guerrero, primeros triunfadores de la Feria del Pilar

El novillero zaragozano abre la puerta grande en la final de las escuelas taurinas aragonesas. Uno de sus oponentes fue premiado con la vuelta al ruedo.

Feria del Pilar 2023: Porta Miravé, Jorge Mallén y Roberto Martin en la Plaza de Toros de la Misericordia de Zaragoza
Feria del Pilar 2023: Porta Miravé, Jorge Mallén y Roberto Martin en la Plaza de Toros de la Misericordia de Zaragoza
Ruben Losada/FotografiArte

En mitad del trasiego de camiones ganaderos, tuvo que ser un hierro de bien cerca (Fuentes de Ebro) el que reflotara la feria. La sin caballos de Santafé Martón fue rechazada al completo -y la semana no ha hecho más que empezar- y el festejo, la final de las escuelas taurinas aragonesas, se tuvo que remendar con seis novillos de Santi Guerrero para soñar el toreo.

Los tres chavales pudieron salir a hombros, pero solo lo hizo Roberto Martín. El más puesto. El único que sacó provecho de la clase que había enfrente y acertó en la suerte suprema, tan delicada en los comienzos.

El sensacional Ilustrado le acercó la puerta grande. Suelto de salida, cuando se centró en la muleta fue una máquina de embestir. Un carretón que Martín cuajó con una faena fundamentada en la mano izquierda. Al natural. Con series bien rematadas con el de pecho, llevándolo largo, y otras de imperfecciones lógicas.

Dos orejas tras estocada completada, aunque algo desprendida, y vuelta al ruedo al animal. Compendio excesivo, sí. Hubo novillos -como el primero- de mejor comportamiento, pero dársela hubiese sido descubrir a Miravé.

El oscense estuvo muy por debajo. Acelerado. Con continuos tirones… Apenas fue capaz de firmar un puñado de muletazos sueltos, sin rotundidad, y se atascó con los aceros hasta escuchar dos avisos.

Se le fue un novillo de aúpa. Y después tampoco pudo con el exigente cuarto. Siempre a merced de esas embestidas encastadas. Sin poderle. Sin bajar la mano, hasta volver a pasar las de Caín con la espada.

Fue el gran lastre de los alumnos de la Escuela Taurina Oscense. Porque tampoco a Jorge Mallén le funcionó en ninguno de sus turnos. Ni ante el segundo, otro gran ejemplar de Guerrero que lo llevó por donde quiso, ni ante el quinto, con una labor que nunca llegó a romper.

Ellos son los primeros que lamentan la oportunidad perdida. Más aún, al ver el triunfo de su compañero. De un Martín que, con el triunfo asegurado, no se dejó nada y fue a recibir al sexto a portagayola. Declaración de intenciones que luego repitió en el inicio de faena, de rodillas, hasta ser cogido de forma fea.

No hubo consecuencias serias. Sí en el devenir de la faena, pues el eral se afligió y el pupilo de Cuartero, en sus buenas formas, anduvo menos firme. Le costó acoplarse -alternando pases templados y enganchones- pero volvió a enterrar la tizona a la primera, cobrando otra oreja exagerada.

Una ganadería de la tierra al rescate del ciclo. ¿Les suena? Veremos si la empresa lo tiene en cuenta en el futuro o repite casas de «garantías» como Santafé Martón. El baile de corrales ha comenzado. Este martes, que nadie espere los hierros anunciados.

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