En Zaragoza solo operará una empresa de patinetes mientras no crezca la demanda

El Ayuntamiento considera que los usos actuales están equilibrados con la oferta existente, limitada a Bolt. Reby deja a deber al Consistorio el canon anual y la tasa por vehículo.

Los nuevos patinetes de Bolt, durante su presentación este miércoles en Zaragoza.
Los patinetes de Bolt, durante su presentación en Zaragoza.
Guillermo Mestre

El Ayuntamiento de Zaragoza mantendrá una única empresa de patinetes eléctricos de alquiler mientras no crezca la demanda. La repentina marcha de Reby, que aún no ha devuelto el saldo a sus usuarios, ha hecho que Bolt lleve meses siendo la única empresa de movilidad compartida que presta servicio en la ciudad, una situación que no cambiará pese al interés de otras compañías por desembarcar en la capital.

Desde el área de Medio Ambiente y Movilidad consideran que la demanda actual de patinetes eléctricos compartidos "está equilibrada con la oferta existente", descartando que a corto plazo vaya a haber una nueva licitación. El bum que se vivió tras la pandemia ha quedado diluido en los últimos años, ya que muchos usuarios se han comprado su propio vehículo. Especialmente aquellos que lo utilizan a diario para ir al trabajo o a la universidad, que prefieren hacer esta inversión para ahorrar y ganar en comodidad.

Pese a todo, el Ayuntamiento no cierra la puerta a nuevas empresas a futuro. "Si se observa que crece la demanda no es descartable que se estudien posibles ampliaciones que deberán hacerse, en cualquier caso, a través del mecanismo que determinen los servicios técnicos y jurídicos municipales", indican las citadas fuentes.

La gran apuesta, sin embargo, sigue siendo el servicio Bizi. La actual concesión se prorrogó hasta el 31 de diciembre de 2024 para acometer con garantías su prometida ampliación, que incrementará el número de estaciones y de bicicletas –en este caso eléctricas– hasta superar las 200 y las 2.000, respectivamente.

Desde Movilidad aseguran que se está trabajando para cerrar los pliegos de condiciones del concurso y recuerdan que, una vez que esté en marcha el nuevo servicio, previsto para finales de 2024 o principios de 2025, toda la ciudad tendrá estaciones, un "revulsivo" con el que esperan potenciar la movilidad ciclista y sostenible en la ciudad.

Una difícil relación

La relación con Reby no ha podido ser peor. La empresa tendría que haber desplegado en 2022 nuevos patinetes con cámaras para detectar obstáculos, pero no solo no lo hizo, sino que retiró su flota de la noche a la mañana sin dar explicaciones a Movilidad, incumpliendo el pliego de condiciones.

El Ayuntamiento optó por retirarle la concesión a principios de año, pero la historia no terminó ahí. La empresa –que llegó a tener 70 empleados y más de 4.000 patinetes repartidos entre Barcelona, Gijón, Sevilla, Tarragona, Bérgamo, Florencia o Nápoles–, irá a liquidación con una deuda de unos 15 millones de euros.

Sus responsables continúan sin devolver a sus usuarios el saldo que tenían en la ‘app’. Desde Movilidad aseguran que en estos meses se han seguido reclamando las cantidades adeudadas sin obtener respuesta. Tanto es así que Reby ha dejado a deber al Consistorio tanto el canon anual como la tasa que tendría que haber abonado por cada vehículo desplegado. 

Aunque "se les ha girado recibo", desde la plaza del Pilar no prevén cambios a corto plazo, motivo por el que el gobierno municipal ha decidido retener los 150.000 euros que había depositado en concepto de fianza: 50.000 por los patinetes, 50.000 por las bicicletas y otros tantos por las motos eléctricas.

Este ‘modus operandi’ es idéntico al registrado en otras ciudades españolas, donde Reby dejó de prestar servicio sin previo aviso. Todo esto ha hecho que los patinetes verdes de Bolt, con los que cada semana siguen haciéndose más de 2.000 viajes de media, sean los únicos que se puedan alquilar actualmente en la capital.

El Ayuntamiento, no obstante, también ha tenido sus más y sus menos con esta compañía, ya que ha tenido que apercibirla en varias ocasiones por subir unilateralmente los precios agarrándose a los efectos de la invasión rusa de Ucrania y no desplegar los 600 patinetes comprometidos.

Actualmente, las aguas parecen más calmadas. De hecho, Bolt ha participado en la Semana Europea de la Movilidad dando a probar sus patinetes en el circuito que se instaló el pasado viernes en la plaza del Pilar.

Para los usuarios, el hecho de que haya una sola empresa implica mayores dificultades para encontrar unidades disponibles. También les obliga a ajustarse a los precios marcados por la empresa, que pide 10 céntimos por minuto –anteriormente eran cinco– y 35 por reservar el patinete, existiendo la opción de comprar bonos mensuales.

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