Urbanismo

El eterno debate de los rascacielos en Zaragoza: "No es tanto la altura sino dónde se sitúan"

Las "torres", como las definen los urbanistas, generan un impacto visual en el paisaje de la ciudad y hacen sombra a los edificios de alrededor.

Vista del edificio 'Skyline', en la plaza de Europa, desde la parte del Actur.
Vista del edificio 'Skyline', en la plaza de Europa, desde la parte del Actur.
Francisco Jiménez

Aquel zaragozano observador que pasee habitualmente por el Puente de Piedra se habrá dado cuenta de una cosa: donde ahora hay una grúa y un edificio de viviendas casi construido, antes había un paisaje emblemático. Antaño, los viandantes podían vislumbrar la cumbre del Moncayo. El eterno debate de los 'rascacielos' en Zaragoza parece no tener fin y se ha reactivado con la construcción de nuevas "torres" cerca de la ribera del Ebro.

El barrio del AVE sería, salvando las distancias, el Nueva York zaragozano. Entrar a la ciudad por la avenida de la Ciudad de Soria y echar un vistazo a través de la ventanilla del coche produce sensaciones muy diferentes a antaño. Precisamente, cerca de este emplazamiento, en la avenida de Navarra, se sitúa el rey de las alturas y el que estaba llamado a ser uno de los iconos de la Zaragoza moderna: Torre Zaragoza, proyecto del Grupo Plaza 14, con 106 metros de altura y 30 planta. 

En esta vía, Aedas Homes entregó las llaves a principios de año del que es el séptimo bloque de viviendas más alto de la capital aragonesa según la promotora, Casanate, con 65 metros de altura y 20 plantas. Dos gigantes en la misma zona. Y serán tres, gracias a Adarve Residencial, otra promoción cuyo edificio más alto tendrá otras 20 plantas en la avenida de la Ciudad de Soria.

Las vistas desde Torre Zaragoza
Torre Zaragoza, uno de los emblemas de Grupo Plaza 14.
Torre Zaragoza, uno de los emblemas de Grupo Plaza 14.
Grupo Plaza 14
Vista de la ciudad desde Torre Zaragoza
Vista de la ciudad desde Torre Zaragoza
Guillermo Mestre
Son 198 pisos de 2, 3 y 4 habitaciones, con dos baños. La torre principal tiene 20 plantas.
La promoción Casanate, en el barrio del AVE, cuya torre principal tiene 20 plantas y una altura de 65 metros.
Aedas Homes

La Zaragoza de las alturas, no obstante, no es tan extensa como parece, y menos todavía comparada con otras grandes ciudades. En la capital del Ebro hay 17 rascacielos o "torres", nombre preferido por los urbanistas. Es decir, edificios que superen una altura de 60 metros, según explica el director de la Cátedra Territorio, Sociedad y Visualización Geográfica de la Universidad de Zaragoza con el Ayuntamiento, Ángel Pueyo, también catedrático de Geografía Humana. Su presencia choca con el resto de bloques residenciales, que en su mayoría no superan las 10 plantas. Del total de este tipo de edificaciones, siete se han construido en la última década.

"El problema no son los edificios altos, sino dónde se ubican, y si se tiene en cuenta el entorno. Puede haber de 10 plantas que generen problemas en un entorno natural", explica Pueyo. En los siglos XVI y XVII, la ciudad era reconocida por sus torres como "una especie de Florencia". "Si nosotros construimos edificios muy altos cerca de espacios que tengan cierto interés podemos generar cierta afección importante", detalla este urbanista. El impacto visual de las construcciones también se da con bloques más pequeños, como el que se hizo hace años en la avenida de Pirineos, tapando la vista del Pilar entrando desde Huesca.

"El porcentaje o densidad de la construcción está muy ligada a la superficie y a la altura" (Ángel Pueyo, catedrático de Geografía Humana)

Para Pueyo, la capital aragonesa es una ciudad "muy compacta y muy intensa en altura", con una gran cantidad de edificios de entre 8 y 14 plantas. De hecho, desde la plaza de España hacia el sur se puede ver el contraste de las construcciones de los años 80 y 90 hasta la vía Universitas, donde está otra de las torres zaragozanas, y donde la ciudad gana altura y roza el cielo, para bajar más allá.

"El porcentaje o densidad de la construcción está muy ligada a la superficie y a la altura", asevera Pueyo. Así, por ejemplo, en la vía Universitas se aprovecha mucho espacio de las parcelas para zonas  comunes, "y generan una especie de modelo de condominio". "No hay permeabilidad en barrios como Las Delicias,  o calles como la de León XIII", añade, donde el transeúnte está rodeado de portales y siente una sensación de mayor "seguridad".

Luces y sombras

El choque visual no es el mismo en el ya citado barrio del AVE, un lugar llamado para ser el museo de torres residenciales, que más cerca del centro de la ciudad. A esta controversia se suma el edificio que Ebrosa está terminando de construir en la plaza de Europa. La promotora aragonesa cifra en un 84% el avance de las obras de la tercera fase de la promoción, que añadirá 67 viviendas a las ya existentes, pero su esqueleto ya se exhibe desde hace meses junto al río Ebro. Ese es uno de los problemas, ya que tapa la visión que los vecinos tenían hacia la ribera. Su huella en el 'skyline' de la ciudad llega incluso al Puente de Piedra, tapando las vistas al Moncayo. Sin embargo, las vistas que tendrán los propietarios, serán espectaculares, como las que ya tienen los que adquirieron un piso en Torre Zaragoza.

Ahora hay una grúa y un edificio de viviendas casi construido
El edificio 'Skyline', en la plaza de Europa, visto desde el otro lado de La Almozara.
El edificio 'Skyline', en la plaza de Europa, visto desde el otro lado de La Almozara.
Toni Galán

El otro inconveniente, además, es que los edificios situados justo detrás van a tener menos luz solar que antes, fruto de la sombra que dejan los 61 metros de construcción. "Ese bloque de viviendas está muy esquinado. Todos los vecinos más allá, en cierta medida, son casas bajas, están por debajo, y veremos qué problemas tiene. No tanto con el 'skyline', sino por las sombras", opina este catedrático de Geografía Humana. Además, al construir cerca de la ribera hay que tener en cuenta ciertos requisitos: "Dependiendo del modelo de cimentación y de los sótanos, podría afectar a la circulación del freático y parte del funcionamiento del río. La construcción de un sótano puede hacer que se modifiquen las corrientes subterráneas".

Alberto Sánchez, arquitecto experto en Patrimonio, cree que esta edificación "puede tener cierta gracia" para cerrar esa esquina urbana "que era un poco rara". "Ese encuentro con el Ebro desde el paseo de María Agustín no estaba bien resuelto", dice. Cita otros ejemplos en los que el impacto visual también es considerable, como el edificio alto de viviendas de la plaza de Salamero, "que rompe con la estética de la zona", o la Torre del Agua, la segunda construcción más alta de Zaragoza, por tener un punto de partida "pueril". 

"El gran error de Zaragoza ha sido no entender que su icono y su Guggenheim es el Pilar. Había que explotarlo", añade este arquitecto. En este sentido, entiende que la Basílica es "la postal urbana perfecta", al ser tan reconocible, y no construir torres situadas cerca de la ribera del Ebro.

Cabe resaltar que en el Casco existe una ordenanza para que en el corazón de la ciudad no se produzca la aberración de construir por encima de las torres del templo y, de momento, nadie ha osado hacerlo. Explican que sería del todo indeseable levantar un gran monstruo en un territorio que no deja de ser un valle con muy poca pendiente.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión