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El hombre que destripó a su compañero de piso en Zaragoza pasará 17 años en un psiquiátrico

La Audiencia ni siquiera celebrará el juicio con jurado, ya que los forenses han apreciado una eximente completa y la Fiscalía y la defensa han pactado la pena.

Los bomberos tuvieron que entrar por la terraza a la vivienda donde se produjo el crimen y facilitar el paso a la Policía.
Los bomberos tuvieron que entrar por la terraza a la vivienda donde se produjo el crimen y facilitar el paso a la Policía.
Heraldo

No habrá juicio con jurado por el crimen del Arrabal, del que fue víctima el pasado 16 de enero José Antonio Ruiz Ruiz, de 50 años, y por el que fue detenido y se encuentra en prisión provisional desde entonces su amigo y compañero de piso Enrique San Agustín Bautista, de la misma edad. Concluida la investigación judicial, la Audiencia de Zaragoza tenía previsto señalar la vista antes de las vacaciones o como muy tarde, en septiembre. Sin embargo, los forenses llegaron a la conclusión de que el homicida actuó en pleno brote psicótico y es inimputable. La Fiscalía y la defensa coincidieron entonces en que solo cabía la absolución, por lo que la magistrada que debía presidir la vista decidió convocar una comparecencia para despachar el asunto y dictar sentencia sin necesidad de tener que constituir un tribunal popular: ‘atajo’ que contempla la jurisprudencia del Supremo y evita costes y dilaciones innecesarias

El trámite se llevó a cabo el pasado martes, en un juicio exprés en el que el acusado compareció por videoconferencia desde el centro penitenciario de Zuera.    Las partes habían pactado que, dada su patología, como medida alternativa a la pena de cárcel el autor del crimen pase 17 años y medio en un centro psiquiátrico cerrado. Y Enrique San Agustín, al que representa la letrada Soraya Laborda, mostró su plena conformidad. Ni el Ministerio Público tenían intención de recurrir el fallo ante el TSJA, por lo que la magistrada lo hizo firme y dictó sentencia in voce.

Por el momento, el homicida continuará en la enfermería de la cárcel de Zuera, donde llegó el 3 de febrero tras pasar 16 días en la unidad de Psiquiatría del hospital Miguel Servet. Sin embargo, una vez que se le comunique oficialmente la resolución, será la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias quien decida cuál el centro más adecuado para el recluso. Lo lógico sería su ingreso en el psiquiátrico penitenciario de Fontcalent, siempre que haya plazas disponibles para su traslado.

Los médicos consideran que el encausado podría volver a actuar como lo hizo, ya que a su enfermedad mental contribuye también su drogadicción. Por ello y para evitar riesgos innecesarios, se aconseja que en un futuro, de concederse algún tipo de permiso al homicida, su posible salida del centro cerrado donde se le trate sea supervisada.

La autopsia practicada al cadáver de la víctima situó su muerte entre las 3.00 y las 4.00 del 16 de enero de 2023. Según los forenses, la causa inicial y fundamental del deceso fue un traumatismo raquimedular y craneoencefálico. Todo apunta a que el homicida golpeó en la cabeza a su amigo y cuando cayó al suelo, lo asfixió. Aunque la secuencia de los hechos podría haber sido también la contraria. Lo que no resulta controvertido es que fue una vez muerto José Antonio Ruiz Ruiz cuando su compañero de piso se ayudó de un cuchillo para rajarle el abdomen. Esta última acción se explicaría únicamente por el arrebato de locura que sobrevino al acusado.

Dijo ser agente del CNI

Cuando Enrique San Agustín    se presentó horas después del crimen en la Jefatura Superior de Policía de Aragón para comunicar que no había visto a su amigo en varios días y estaba preocupado, los agentes que lo recibieron en el edificio del paseo de María Agustín ya sospecharon que algo no encajaba. Las explicaciones del hombre eran incongruentes, hasta el punto de que en medio de la conversación pidió a los funcionarios pastillas para dormir, ya llevaba varios días sin poder conciliar el sueño. En un momento dado, llegó a decirles también que era agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI)y que alguien le perseguía.

Como luego se supo, el investigado tenía diagnosticado un trastorno de la personalidad que podría estar relacionado con el consumo de sustancias tóxicas. Ello, sumado a la lesión de un disco intervertebral, hizo que hace algunos años se le apreciara una discapacidad del 57% y se le concediera una pensión por incapacidad total permanente para su trabajo como camionero. En la actualidad, sigue utilizando muletas para caminar.

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