sucesos

Piden 12 años de cárcel por el puñetazo que cambió la vida a un vecino de Zuera

La Audiencia juzgará en julio al rumano que llevó a la uci y ha causado daños cerebrales permanentes a un hombre de 37 años, al que atacó tras un roce en un bar.

Una cámara de la discoteca grabó al autor de la agresión -con círculo rojo- cuando huía.
Una cámara de la discoteca grabó al autor de la agresión -con círculo rojo- cuando huía.
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A un vecino de Zuera, un único pero brutal puñetazo encajado a las puertas de una discoteca de Zaragoza le cambió para siempre la vida. La víctima, que entonces tenía 37 años, pasó 32 días en la uci y otros 50 en planta. Los médicos y su familia llegaron a temerse lo peor, pero logró salir adelante. Sin embargo, desde aquella aciaga madrugada, se ha sometido a numerosas intervenciones quirúrgicas y continúa en tratamiento rehabilitador. Porque presenta daños cerebrales permanentes y será incapaz de volver a hacer muchas cosas por sí solo. De hecho, perdió su trabajo en una empresa farmacéutica de la capital aragonesa y el Instituto Nacional de la Seguridad Social está tramitando su expediente de incapacidad permanente.

No le será fácil, porque sus secuelas neuropsicológicas son importantes e incluyen alteraciones de la memoria, pero dentro de unos días L. C. O. tendrá que hacer un esfuerzo para relatar ante un tribunal lo ocurrido aquella madrugada. Delante, sentado en el banquillo de los acusados, tendrá a Ion Miholca, de origen rumano y solo dos años más joven que él. Se trata de una persona de naturaleza violenta, como demuestran sus numerosos antecedentes policiales y las tres condenas por lesiones que arrastra. La jueza de guardia no dudó a la hora de enviarlo a prisión tras el puñetazo que acabó con el vecino de Zuera en la uci. Y la Fiscalía pide ahora para él una pena de 10 años de cárcel, castigo que la acusación particular, a cargo de los letrados Enrique Trebolle y Carmen Cifuentes, elevan a 12 años.

Los hechos que dieron lugar a esta causa se produjeron sobre las 4.15 del 7 de noviembre de 2021 junto a la salida del pasaje del Ciclón que da a la plaza del Pilar, donde se encontraban hablando la víctima    y su grupo de amigos. Minutos antes, L. C. O. y el acusado habían tenido un pequeño incidente en el interior de la discoteca. Según los testigos, fue un “fortuito contacto” entre ambos, consecuencia de la gran cantidad de gente que había en el local, pero intrascendente a todos los efectos. Pese a ello, según la acusación particular, el joven rumano reaccionó “de forma airada y chulesca”, dirigiendo “una mirada retadora” al zufariense. Este último hizo caso omiso a la provocación y el roce no fue a más. Al menos, en ese momento, porque lo peor estaba por llegar.

Corriendo y con el puño armado

Una vez en la calle, Ion Miholca se percató de la presencia de L. C. O. y sus amigos. Y aprovechando que estaba distraído, se dirigió a él corriendo, con el puño armado, propinándole un fortísimo derechazo en el rostro. El ataque fue absolutamente sorpresivo, por lo que nada pudo hacer la víctima por evitarlo. Tal fue la intensidad del golpe, que el vecino de Zuera quedó inconsciente y cayó desplomado al suelo. «Tenía los ojos en blanco y estaba en trance. Le saqué la lengua para que no se ahogara y lo puse de medio lado», contó después a la Policía el empleado de la discoteca que estaba en la taquilla, primero en asistir al herido. Porque varios de sus amigos salieron corriendo tras el agresor, sin conseguir darle alcance.

Ion Miholca logró darse a la fuga, pero las grabaciones de las cámaras de seguridad de la discoteca y las declaraciones de varios testigos permitieron identificarlo y detenerlo dos días mas tarde en su puesto de trabajo, una empresa de trabajos verticales. El autor del puñetazo prefirió no declarar ante los funcionarios del Grupo de Homicidios, que se hicieron cargo del caso al saber que las lesiones de la víctima revestían «riesgo vital». Sin embargo, el arrestado no tuvo ningún inconveniente en contestar a las preguntas de la jueza de guardia, a la que aseguró que asestó un único puñetazo a la víctima y que lo hizo «frente a frente, no por la espalda».

El investigado acabó en la cárcel de Zuera, pero su defensa pidió más tarde la libertad provisional alegando que esta no implicaría riesgo de fuga, ya que Ion Miholca tenía trabajo y hacía años que había fijado su residencia en la capital aragonesa. Ello no hizo cambiar de opinión a la magistrada instructora del caso, quien denegó la salida de prisión del agresor recordando que en el momento de los hechos este se encontraba en situación irregular y tenía incoado un expediente de expulsión pendiente del país.

Juicio por otra violenta muerte en 2021

La del vecino de Zuera L. C. O. no fue la única agresión grave registrada en la capital aragonesa en 2021. Es más, hubo una anterior, prácticamente idéntica, pero de consecuencias incluso peores. La que sufrió el joven de 19 años Jorge Villamil a las puertas de otro bar, en este caso, en la calle Dato. El agresor, Iván Andrés M. L., de 24 años, le propinó otro fortísimo puñetazo que acabó costándole la vida. Porque aunque la víctima llegó con vida al hospital, las lesiones fueron tan importantes que falleció horas después.

Los hechos se produjeron el 23 de mayo de 2021, pero será el próximo mes de septiembre cuando el acusado, que hace tiempo que está en libertad, se siente en el banquillo. En este caso, la Fiscalía pide una condena de 4 años de prisión, ya que ha calificado lo ocurrido como un fatal imprudencia y no un homicidio doloso.

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