Los polémicos 15 arcos florales de plástico, retirados temporalmente de las calles de Zaragoza

Estos elementos decorativos, que costaron 256.850 euros, tenían autorización para estar en la vía pública

Arcos florales colocados en la plaza de las Canteras de Torrero.
Arcos florales colocados en la plaza de las Canteras de Torrero.
Guillermo Mestre

Los 15 arcos florales de plástico colocados por la ciudad para «mejorar la escena urbana» –por los que se pagaron 256.850 euros– han dicho adiós temporalmente a las calles de Zaragoza. Su responsable, la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (ECOS), ha decidido retirarlos una vez agotado el permiso concedido por el Ayuntamiento, aunque la intención es que vuelvan en algún momento del año.

El resultado de la actuación, una de las más polémicas del Plan Local de Comercio de la ciudad junto a los toldos de Las Delicias, suscitó numerosas críticas entre colectivos vecinales y partidos políticos, que reaccionaron con «perplejidad» ante la iniciativa. Dos de ellos –los de Torrero y el Actur– llegaron a ser vandalizados. No obstante, el secretario general de ECOS, Vicente Gracia, asegura que «la voluntad es de permanencia».

Pese a la controversia, el secretario general de ECOS, Vicente Gracia, asegura que «la voluntad es de permanencia». Pensados como ‘photocalls’ y elaborados por la Asociación de Floristas de Aragón, los arcos –colocados en puntos estratégicos como la estatua de César Augusto o el caballito de La Lonja– estaban autorizados hasta el pasado día 29, una ocupación de la vía pública por la que la Federación tenía que pagar la correspondiente tasa al Consistorio zaragozano.

La intención es recuperarlos «en otros momentos del año» como el Black Friday o la Navidad, no descartándose colocarlos en otros puntos y con «formatos diferentes», por lo que podrían no volver con su forma de arco.

Una vez cerrada esta primera etapa, considerada «piloto», se evaluará cómo ha funcionado la iniciativa y si estas estructuras se han convertido o no en un «punto de atracción» como se pretendía para dar un empujón al pequeño comercio local y dotarle de las mismas herramientas que a las grandes superficies. 

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