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Pescaderías en Zaragoza: los barrios donde es más complicado comprar pescado fresco

Según un estudio de Mercazaragoza, en la ciudad hay 124 comercios de este tipo y en algunas zonas solo hay uno o ninguno.

Puesto de pescado de Samuel Franco en el mercado de la calle Andrés Vicente (Las Delicias)
Puesto de pescado de Samuel Franco en el mercado de la calle Andrés Vicente (Las Delicias)
H. A.

El pescado fresco se considera casi un bien de lujo, empezando por su precio más elevado que el de otros productos, y también por tratarse de piezas más complicadas de cocinar que otras. Todo esto se nota en las pescaderías, unos comercios que en Zaragoza van a menos. 

Según un estudio de Mercazaragoza, en la ciudad hay 124 establecimientos de este tipo, la tercera parte que carnicerías (479). Que en España la población es más carnívora también es palpable en la cesta de la compra y, aunque la cultura de la alimentación saludable está cada vez más presente, la realidad es que se compra más carne que pescado. A esto se suma que para la gente joven no es tan sencillo elaborar un pescado de calidad como hacer un filete de carne a la plancha.

En Zaragoza, hay barrios, como Miralbueno/Oliver, Santa Isabel, Movera o Casetas donde solo hay una pescadería. En otros, como Garrapinillos, Montañana o Monzalbarba, comprar pescado fresco es todavía más complicado, ya que no hay ningún establecimiento de este tipo, según el informe de Mercazaragoza con datos actualizados a diciembre de 2022. Las zonas donde se concentra un mayor número de negocios de pescado son las más antiguas: Centro, La Paz, Torrero, San José, Las Delicias, La Magdalena, Las Fuentes, Casco Viejo (incluyendo el Mercado Central) y La Almozara

Samuel Franco: “Cada día quedan menos pescaderías y las que hay, deberían vender más, pero no es así”

Samuel Franco es la tercera generación de un negocio familiar de venta de pescado que empezó su abuelo, en 1947. Actualmente, él tiene un puesto en el Gran Centro Comercial Delicias, situado en la calle Andrés Vicente. Es uno de los barrios más comerciales de Zaragoza y con más población y en su mercado todavía hay abiertos cuatro puestos de pescado, otras tantas carnicerías y también cuatro charcuterías. 

“Cada día quedan menos pescaderías y las que hay, deberían vender más, pero no es así”, lamenta Samuel. Sus dos hermanos tienen un puesto cada uno de pescado en el Mercado de Casablanca y en el de Hernán Cortés pero ya están pensando en sacar el negocio a un local en la calle. “En el de Casablanca quedan dos puestos, un carnicero y mi hermano; y en Hernán Cortés, hay cuatro”, explica Franco, que augura el cierre de ambos dentro de cuatro o cinco meses.

Pescaderías en la margen izquierda

Según el estudio de Mercazaragoza, entre los grandes barrios de la margen izquierda del Ebro no llegan a ser 20 las pescaderías que estaban en funcionamiento a finales de 2022. El informe recoge los comercios por código postal y, por ejemplo, en el 50015, que incluye todo el Picarral y parte de Cogullada y Arrabal se han contabilizado tres establecimientos de pescado. Por su parte, en La Jota y en el Actur hay siete pescaderías en cada barrio. 

Entre los puestos más bajos de la lista se encuentran barrios de relativamente reciente creación, como Parque Venecia y Valdespartera, que cuentan cada uno con dos pescaderías. En la zona de Casablanca y Romareda, hay registrados tres comercios de este tipo; y en el sector del código postal 50012, que incluye Valdefierro y Rosales del Canal, hay cuatro. En otras zonas más céntricas, como es el caso del paseo María Agustín y paseo Pamplona solo se han contabilizado dos pescaderías, las mismas que en las calles comprendidas entre los paseos Independencia y Mina. 

Ésta es la distribución por barrios de las pescaderías de Zaragoza. Quienes se ganan la vida con ello y se mantienen lo hacen porque se están adaptando a los nuevos hábitos de compra. Esto incluye las nuevas tecnologías (venta 'online' y vía whatsapp) y los repartos a domicilio, tendencia sobre todo entre la clientela más joven. En cualquier caso, estos comercios de proximidad también sobreviven gracias a esos vecinos de mayor edad que, como se ha hecho toda la vida, siguen recorriendo el barrio, carrito en mano, de tienda en tienda.

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