Los afectados por el ruido denuncian a más de 180 terrazas de Zaragoza en apenas mes y medio

Stop Ruido y la FABZ alertan de que el problema se ha extendido "como una mancha de aceite" por los barrios.

Bruno Solana, una de las calles señaladas por los afectados por el ruido
Bruno Solana, una de las calles señaladas por los afectados por el ruido
Francisco Jiménez

Las quejas por el ruido van a más en Zaragoza. En apenas mes y medio, los vecinos afectados han denunciado a 180 terrazas ante Disciplina Urbanística, Servicios Públicos y la Policía Local. El problema, alertan desde Stop Ruido y la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ), se ha extendido "como una mancha de aceite" por la ciudad. Ya no se ciñe al centro, sino que amenaza a los vecinos y comerciantes de la avenida de San José, Cesáreo Alierta, la plaza de Las Canteras o la avenida de Pablo Gargallo, motivo por el que desde estos dos colectivos piden soluciones que eviten lo que, a su juicio, se ha convertido en "uno de los mayores problemas de Zaragoza".

Detrás de estas 180 denuncias hay "falta de limpieza", incumplimientos de los horarios establecidos por licencia, distancias que no se ajustan a la normativa... "Vamos a unos días de mucho calor y muchos vecinos ni siquiera van a poder abrir sus ventanas", lamentó el presidente de Stop Ruido, Antonio Pérez.

Las asociaciones, que hoy guardarán un minuto de silencio en la plaza del Pilar con motivo del Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido, insisten en que la contaminación acústica generada por el tráfico intenso y el ocio nocturno "ha aumentado" en numerosas calles de la capital y sigue provocando graves afecciones a la salud y la economía de quienes la sufren, traduciéndose en cefaleas, depresión, pérdida de peso o alteraciones del sueño. 

Desde el Consistorio, no obstante, subrayan que las ordenanzas municipales "ya establecen medidas contra el ruido con niveles que controla la Policía Local", que cada año se hacen "cientos de mediciones que posteriormente se tramitan como sanción en caso de incumplimientos", y que la nueva ordenanza de veladores contempla medidas como la instalación de sonómetros para las terrazas de más de 25 metros cuadrados.

Desde el equipo de gobierno inciden en que los nuevos buses eléctricos y los renovados camiones y vehículos de limpieza pública, más silenciosos, contribuirán a reducir las molestias. Pero para los afectados, los últimos han sido "cuatro años perdidos". "No se han actualizado los mapas de ruido y la ordenanza está paralizada", señaló el presidente de la FABZ, Manuel Arnal.

El verdadero problema, agregó Miguel Morte, portavoz de Stop Ruido, es que la vía judicial únicamente sirve "para perder años y dinero". "No todo el mundo tiene los entre 6.000 y 10.000 euros que cuesta recurrir a la Justicia. Muchas personas han desistido. Y quienes ganan solo consiguen solucionar temporalmente la situación. En el momento en que un bar cambia de propietario vuelven las molestias", expuso.

Desde la Asociación de Cafés y Bares no dudan de que el ruido se haya convertido en un problema de ciudad, pero no comparten el diagnóstico. "Coincidimos en que la ordenanza está obsoleta, pero el problema no se puede reducir únicamente a las terrazas. Hay que analizar los distintos focos y, quizá, impulsar una ordenanza cívica que castigue de forma objetiva a quienes superen determinados niveles", propuso su gerente, Luis Femia.

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