urbanismo

PP-Cs deja el problema del ruido en Zaragoza en manos del próximo gobierno entre críticas de los afectados

Serrano asume que no podrá aprobar la nueva ordenanza antes del 28 de mayo. Las asociaciones piden controlar con sonómetros las calles más conflictivas

La calle de San Jorge, en el Casco Histórico, una de las más conflictivas según Stop Ruidos.
La calle de San Jorge, en el Casco Histórico, una de las más conflictivas según Stop Ruidos.
Guillermo Mestre

Ya no queda tiempo. La coalición PP-Cs se quedará sin aprobar la nueva ordenanza del ruido, cuya tramitación se lleva arrastrando casi desde el inicio del mandato y que ha sido muy demandada por las plataformas de afectados. El concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, asumió este jueves que no será posible sacar adelante el proyecto antes de las elecciones de mayo, por lo que dejó en manos del próximo gobierno que salga de las urnas la solución a este problema. El edil recordó que la crisis sanitaria del coronavirus retrasó los planes iniciales en este asunto, pero desde la asociación Stop Ruido Zaragoza Casco Histórico fueron críticos y urgieron, entre otras cuestiones, a instalar sonómetros en la calle para controlar las zonas más conflictivas.

Tras un intento fallido antes del confinamiento, el Ayuntamiento retomó a comienzos del año pasado sus planes para actualizar esta normativa. El objetivo era trabajar con todos los agentes afectados, principalmente plataformas de vecinos y establecimientos hosteleros, para crear un nuevo mapa de zonas saturadas del que después pudiera desprenderse la ordenanza. Sobre todo porque la pandemia trajo consigo ciertos cambios sociales que había que considerar. No solo se iban a tener en cuenta las molestias generadas por el ocio nocturno, sino también por el tráfico u otros condicionantes.

Pero de momento habrá que esperar. A preguntas del PSOE, que criticó que no se hayan dado más pasos en esa dirección, Serrano dijo que «por lo avanzado que está el mandato será la nueva mayoría del pleno» la que se encargue de su aprobación. No obstante, aseguró que «no hay discusión política» en la necesidad de sacarla adelante, también junto a una ordenanza cívica, apostilló.

Aún así, el responsable del área recordó que con la normativa actual ya se hacen inspecciones sobre las emisiones de ruido. Añadió que, en su opinión, el gobierno ha sido «sensible» a los problemas de los vecinos y que ha tratado de «conjugar» sus intereses con los del sector hostelero.

Sin embargo, el presidente de Stop Ruidos, Antonio Pérez, lamentó que no se haya cumplido una promesa electoral y reclamó medidas urgentes para solucionar un problema que, enfatizó, afecta a la salud de los ciudadanos. Criticó que todavía se mantengan las terrazas en calzada y pidió instalar sonómetros en las calles para que sea el propio Ayuntamiento –y no los establecimientos– quien controle los niveles de ruido. Entre las más problemáticas, citó la calle Mayor, San Jorge, Cuatro de Agosto, La Paz, la plaza de Los Sitios y la zona universitaria.

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