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Las menores que denunciaron al monitor de Jaca confiesan a la juez que tuvieron "miedo" de sus "juegos raros"

La juez de Jaca que investiga los presuntos abusos sexuales empieza a interrogar a las ocho escolares de La Muela por videoconferencia 

El detenido será trasladado a los Juzgados de La Almunia.
Las menores declararon por videoconferencia desde los juzgados de La Almunia de Doña Godina.
José Miguel Marco

La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Jaca comenzó a tomar declaración ayer a las ocho menores del instituto de La Muela que el pasado enero denunciaron haber sufrido abusos sexuales por parte de un monitor cuando disfrutaban de la semana blanca en el Pirineo aragonés. Durante la primera sesión de interrogatorios, la instructora del caso escuchó por boca de cuatro afectadas hasta qué punto los «juegos raros» y «de carácter sexual» que les proponía cada noche en el albergue el investigado infundieron «miedo» tanto a ellas como a otras chicas, a las que llegaron a ver «llorando».

Las escolares aseguraron que algunos de sus compañeros varones también fueron víctimas de la presunta actitud acosadora del encausado, tanto en el establecimiento de Villanúa donde pernoctaban como en la pista de hielo de Jaca, a la que se desplazaron un día a patinar. Sin embargo, por el momento, las únicas que han emprendido acciones legales contra el monitor son las familias de las chicas.

Los hechos que provocaron la detención de M.R. G., de 25 años, se produjeron entre el 17 y el 20 de enero, cuando un grupo de estudiantes de enseñanza secundaria disfrutaba de la nieve y el esquí en Huesca. A su regreso a La Muela, las menores contaron lo ocurrido a sus padres, a los que algunas ya habían adelantado algo mediante mensajes de Whatsapp. Preocupadas, las familias hablaron entre ellas y decidieron interponer una denuncia contra el monitor. El joven evitó la prisión provisional, pero la juez de guardia le impuso una orden de alejamiento que le impide acercarse al municipio donde residen las víctimas o a cualquier otro lugar donde se encuentren. Tampoco podrá seguir ejerciendo provisionalmente como monitor de menores.

Las afectadas explicaron a la juez que M.R. G. se mostró «demasiado cariñoso» desde que llegaron, aprovechando cualquier excusa u oportunidad para darles besos y abrazos o acariciarlas. Pero si algo incomodó a las chicas fue que el monitor no les    permitiera cerrar con llave su dormitorio y que las despertara cada día tirándose en sus camas y quitándoles las sábanas. Las habitaciones tenían duchas. Y las denunciantes contaron que el joven entraba siempre «sin llamar» y justo a la hora en que debían ducharse.

La invitó a usar su ducha

A preguntas de la instructora, una de las menores confirmó ayer que el investigado le propuso que fuera a ducharse a su habitación particular, invitación que rechazó de forma tajante. Tanto a esta estudiante como al resto de testigos les llamaron la atención los juegos de carácter «sin duda» libidinoso que cada noche les proponía el investigado. Por un lado, el de «la sábana», con el que dejó en calzoncillos a uno de los chicos e incluso intentó que se desnudara. Y por otro, «el del autobús», en el que tres chicas debían «venderse» para seducir a un compañero usando sus «armas de mujer». Hoy está previsto que declaren también por videoconferencia desde La Almunia los dos profesores que acompañaban al grupo y que al enterarse de lo que ocurría prohibieron al monitor que se acercara a los menores. Estarán presentes en la comparecencia las acusaciones particulares, a cargo de Noemí Aínsa, Isabel Castillo y José Antonio Visús.

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