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La joven detenida por el asesinato de su exnovio asegura a la Policía que fue un accidente

El cadáver de la víctima presentaba una cuchillada o herida punzante limpia y sin sangre, pero la sospechosa no aclara qué fue lo que se clavó. Hoy está previsto que declare ante la jueza de guardia.

Una policía entra en el edificio de la avenida de Madrid de Zaragoza donde se ha producido el homicidio.
Una policía entra en el edificio de la avenida de Madrid de Zaragoza donde se produjo el crimen.
José Miguel Marco

La Policía Nacional no ha podido demostrar por el momento que en el asesinato de Sliman G., de 26 años, el pasado domingo en Las Delicias, hubiera más personas implicadas que su exnovia, Natalia Ch. C., de 32 años. De ahí que la mujer, de origen colombiano pero afincada desde hace tiempo en la capital aragonesa, sea la única que pase hoy a disposición judicial por estos hechos. En cualquier caso, parece que las pesquisas seguirán abiertas hasta esclarecer por completo lo sucedido entre las 3.00 y las 10.00 del pasado 5 de febrero en una vivienda del número 273 de la avenida de Madrid.

La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza, en funciones de guardia, será la encargada de escuchar la versión de la joven, que actualmente trabajaba como auxiliar de peluquería. Según fuentes próximas a la investigación, la arrestada habría tratado de convencer a los funcionarios del Grupo de Homicidios de que la muerte de su expareja fue consecuencia de un accidente.

Como informó HERALDO, el cadáver de Sliman G. presentaba una cuchillada o herida punzante limpia y sin sangre. Ella mantiene que el joven sufrió una caída fortuita, pero no es capaz o no quiere aclarar qué es lo que se clavó. La Jefatura Superior de Policía no ha confirmado todavía si se ha localizado por fin el arma homicida.

Posible violencia de género

El hecho de que varios vecinos del edificio escucharan a la detenida pedir auxilio de madrugada y uno de ellos llamara al 091, sumado a que la arrestada manifestó que su exnovio la había agredido invitaban a pensar en un caso de violencia de género en el que la mujer había tratado de defenderse. La detenida y el fallecido habían mantenido una relación sentimental y se desconoce si estaban retomándola, pero ambos se identificaban en sus respectivas redes sociales como «solteros». Lo que también ha sido descartado es que existieran denuncias previas por malos tratos. Por lo tanto, y a la espera de la Jefatura Superior de algún detalle sobre la investigación, no cabe descartar todavía ningún móvil. Ni siquiera un ajuste de cuentas.

La investigada era la inquilina de la vivienda donde ocurrieron los hechos y según los vecinos del edificio tenía un perro de raza rottweiler que solía bajar a pasear. La protectora de animales se desplazó ayer al lugar del crimen para hacerse cargo del animal. Los vecinos que avisaron a las 3.00 a la Policía por el «jaleo» y los gritos de «auxilio» que estaban escuchando no contaron en principio que oyeran ladrar al can. De ahí que haya todavía algunos interrogantes por despejar en este confuso caso. El hermetismo y la prudencia con la que están trabajando los especialistas de Homicidios impiden saber también todavía si la detenida presentaba alguna agresión por malos tratos.

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