zaragoza

Miles de zaragozanos se echan a la calle para celebrar un San Valero no ventolero

Las visitas guiadas y las actividades infantiles han sido las grandes protagonistas esta mañana.

Miles de zaragozanos en la plaza del Pilar, en el día de San Valero.
Miles de zaragozanos en la plaza del Pilar, en el día de San Valero.
J. E. G.

Miles de zaragozanos han abarrotado las calles del centro de la ciudad en la mañana de este domingo para celebrar un San Valero poco ventolero. Desde primera hora de la mañana, se han formado largas filas frente a la Casa Consistorial, que abría sus puertas a aquellos que quisieran descubrir los entresijos del Ayuntamiento. El tradicional Tragachicos y las actividades infantiles han copado la mayoría de los focos, todo ello amenizado por el sonido de las jotas en la plaza del Pilar.

“A mí lo que más me ha impresionado es la vidriera de la escalera central. La mañana no está especialmente luminosa y, sin embargo, la cristalera luce muy bonita”, decía durante una de las visitas Ángeles Quijada, que el año pasado acudió a ver el interior de Casa Solans y este 2023 se había apuntado a los paseos guiados por el Ayuntamiento. Su pareja, José Sampériz, recorría las estancias consistoriales sin quitar ojo a todos y cada uno de los cuadros que decoran el los pasillos y despachos. Jorge Azcón, alcalde de la ciudad, ha sido el encargado de dar la bienvenida a los visitantes más madrugadores.

“Es increíble la cantidad de retratos de alcaldes que hay en la sala de recepciones. Llama mucho la atención el de Juan Alberto Belloch, que es más colorista y parece que plasma incluso el cierzo”, decía respecto a la obra de Jorge Gay, que se expone desde el verano de 2018. El último en llegar, hace apenas unos meses, ha sido el de Pedro Santisteve, encargado al pintor zaragozano Eduardo Laborda, que recupera una factura más clásica.

Los más pequeños preferían disfrutar del Tragachicos instalado en la plaza de la Basílica. Una experiencia que, por mucho que repitan, no cansa. “Más, más, más”, exclamaba el pequeño Marcos a sus padres tras ser devorado por este personaje. A pesar de que el mercurio marcaba los seis grados y el fresco se notaba a la sombra, la ausencia del cierzo ha hecho que este San Valero sea muy disfrutable.

En la plaza, continuaba la animación y se iban formando largas filas para ver desfilar la comparsa de gigantes y cabezudos este año. Las figuras de la comparsa fueron objeto de innumerables fotos en el zaguán del Ayuntamiento momentos antes de que sus porteadores iniciaran breves bailes y carreras por la plaza del Pilar.

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