SAN VALERO

"La venta de roscones para San Valero está siendo incluso mayor que en prepandemia"

Los zaragozanos forman filas estos días frente a las pastelerías para hacerse con este dulce tan característico de esta festividad.

Los roscones de la pastelería Fantoba.
Los roscones de la pastelería Fantoba.
Francisco Jiménez

San Valero rosconero -y ventolero-. Y este año más que nunca. Las pastelerías de Zaragoza tuvieron una intensa jornada este sábado con la venta de roscones, tan característicos de esta festividad. Largas filas se formaban frente a estos establecimientos para hacerse con uno de estos dulces, que se han vendido "en mayor cantidad que en otros años", incluso más que en prepandemia.

Precisamente, en la centenaria pastelería Fantoba, en la calle de Don Jaime I, decenas de personas esperaban para hacerse con un roscón. "La Navidad fue muy buena. La gente se ha quedado con ganas de comer nuestro roscón", decía Ivana Molina, gerente. El que hacen no es un dulce cualquiera, y los zaragozanos lo saben. "Están hechos con masa de roscón, más elaborada que la de bollos que se suele utilizar", aseguraba Molina. "Está muy rico", añadía. "La venta está siendo mayor que otros años anteriores, incluso antes de la pandemia", declaraba la gerente de este establecimiento.

Los roscones de San Valero de la pastelería Fantoba.
Los roscones de San Valero de la pastelería Fantoba.
Francisco Jiménez

En La Nava, la gente "sigue comprando roscones". "Este año está siendo más escalonado por cómo cae el festivo", indicaba Rubén Madrigal, maestro pastelero. Durante el viernes, hubo "bastante venta". Además, este domingo con el reparto de roscón que hace el Ayuntamiento, las pastelerías notan que la gente está allí. El año pasado San Valero fue justo en el momento en el que hubo repunte de casos. Fueron unas festividades un poco extraños", expresaba. Aunque habrá que ver cómo termina el puente en ventas, Madrigal aseguraba que "está yendo bastante bien", en el San Valero de la vuelta a la normalidad.

¿De dónde viene esta tradición? En la Edad Media, era costumbre que los nobles entregaran los días de fiesta los restos de comida, lo que se denominaba migajas, a la gente menos pudiente. El 29 de enero era un día festivo, por lo que este acto era habitual en la época. Las migajas, poco a poco, fueron dando paso a lo que hoy en día conocemos como el roscón de San Valero.

En aquella época, los dulces se vendían en las puertas de algunas iglesias, pero se tiene constancia de que en el año 1800 ya había tres establecimientos en Zaragoza que lo preparaban artesanalmente para honrar al patrón de la ciudad: Pastelería González, Pastelería Sánchez y el Horno de San Valero, todos ellos ya desaparecidos, si bien actualmente existe otro con el mismo nombre que este último.

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