abusos sexuales

El monitor detenido en Jaca prohibió a las menores cerrar con pestillo para colarse en su cuarto

Las chicas hablan de besos, abrazos y caricias no deseados, así como de juegos en los que les hacía quitarse la ropa. La Guardia Civil solicitó ayer una orden para entrar en casa del investigado y ver si tiene material pedófilo.

Foto de archivo del cuartel de la Guardia Civil en Jaca, donde fue detenido el presunto autor de los abusos.
Foto de archivo del cuartel de la Guardia Civil en Jaca, donde fue detenido el presunto autor de los abusos.
Oliver Duch

La Guardia Civil solicitó este jueves una orden de entrada y registro para acceder al domicilio del joven monitor detenido el pasado miércoles en Jaca a raíz de la denuncia por presuntos abusos sexuales presentada por un grupo de escolares del municipio zaragozano de La Muela. El objetivo es comprobar si el investigado, de 25 años y que declara este viernes ante la titular del Juzgado de Primera Instancia e  Instrucción número 1 de Jaca, cuenta con algún tipo de material pedófilo, por lo que los investigadores habrían intervenido desde ordenadores a cualquier soporte de almacenamiento digital que hubiera en la vivienda, si es que realmente lo había. 

Según ha podido saber HERALDO, la toma de declaración de las menores en la Comandancia de Zaragoza se prolongó hasta casi entrada la madrugada del jueves. En cualquier caso, fueron miembros del equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil en Huesca los que se desplazaron hasta la capital aragonesa para hablar con las denunciantes. Por el momento, del caso se habría hecho cargo un juzgado de Jaca. Pero el hecho de que las ocho víctimas que por el momento han presentado denuncia oficial estén domiciliadas en la provincia de Zaragoza podría dar lugar a una posible inhibición en favor de un juzgado de la capital aragonesa.

Los presuntos abusos se habrían cometido la semana pasada, cuando una veintena de alumnos del IES La Muela se desplazaron al Pirineo aragonés para disfrutar de la llamada semana blanca de esquí. El grupo fue acompañado de varios docentes, pero era una empresa especializada en actividades extraescolares la que se encargaba de organizar su estancia. Incluido el alojamiento en un albergue juvenil de la localidad de Villanúa (desde este último negaron ayer a través de un comunicado cualquier vinculación con el monitor bajo sospecha).

La empresa guarda silencio

Consultado ayer por lo sucedido, el responsable de la empresa optó por no responder a ninguna pregunta de este periódico «por recomendación de los abogado». Ni siquiera sobre la situación contractual del presunto autor de los abusos, algo que estaría investigando la Guardia Civil. Se desconoce por tanto si se le exigió la titulación como monitor de tiempo libre o esquí, así como el certificado de delitos de naturaleza sexual, obligatorio para trabajar con menores. 

Los escolares se alojaron en Villanúa entre el 17 y el 20 de enero. Y cuentan las denunciantes que fue allí donde el monitor se aprovechó de ellas. Ninguna habría hablado de violencia física o tocamientos por debajo de la ropa, pero todas coinciden en que se aprovechaba de su condición de monitor para obligarlas a dejar la puerta de la habitación sin pestillo para entrar cuando quisiera, tumbarse en la cama junto a ellas y hacerles caricias y darles besos y abrazos que les molestaban. Las menores también contaron que el joven les hacía participar en juegos que les incomodaban.

A modo de ejemplo, la chicas explicaron a la Guardia Civil que una de las noches les hizo jugar a «las prendas» con los chicos, y que uno de estos acabó en ropa interior. Los escolares le dijeron al monitor que parara, pero este, aseguran, quería imponer su voluntad y pidió al chico que se desnudara por completo. Al final, presuntamente, el joven se llevó a este menor del cuarto de juegos.

Las denunciantes, a las que asiste la letrada Cristina Martínez, manifestaron que el monitor usaba un lenguaje hipersexualizado y cambiaba radicalmente de actitud cuando estaban los profesores. El penúltimo día de su estancia, los menores terminaron hablando del comportamiento del monitor a los docentes, que le llamaron la atención y no permitiendo que se quedara a solas con los chicos. Al día siguiente, cuando regresaron a La Muela, los chavales empezaron a hablar de lo sucedido a sus padres, que tras hablar entre ellos y ponerse en contacto con el centro escolar optaron por presentar este miércoles la correspondiente denuncia.

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