zaragoza

Acusan a un conductor de Zaragoza de causar la muerte de un matrimonio para evitar la suya

La Guardia Civil dice que el joven, que se enfrenta a una pena de hasta 12 años de cárcel, adelantaba en un tramo prohibido de la N-232, a la altura de El Burgo de Ebro.

El coche del matrimonio recibió un golpe en la parte trasera y salió proyectado hacia el carril izquierdo, donde fue arrollado por un camión.
El coche del matrimonio recibió un golpe en la parte trasera y salió proyectado hacia el carril izquierdo, donde fue arrollado por un camión.
Guillermo Mestre

Las imprudencias al volante, por más que cuesten vidas, siguen castigándose como delitos no dolosos en el Código Penal. Sin embargo, el enorme reproche social que hace unos años generaron algunos atropellos múltiples se tradujo en una revisión de las condenas. Y si antes la pena máxima para un accidente con fallecidos no superaba nunca los cuatro años de cárcel, desde 2019 el castigo para los siniestros con dos o más muertos puede ser mucho mayor. De hecho, la Audiencia de Zaragoza sentó ayer en el banquillo de los acusados a un conductor para que el que se piden hasta doce años de prisión por el presunto adelantamiento indebido que costó la vida a un matrimonio de Quinto.

Según el informe de la Guardia Civil de Tráfico, el accidente se produjo sobre las 19.35 del 13 de mayo de 2021 en el tramo sin desdoblar de la N-232 que discurre por El Burgo de Ebro. Los agentes que investigaron lo sucedido llegaron a la conclusión de que el BMW de gran cilindrada (más de 300 caballos) que conducía Roberto L. G. comenzó la maniobra de adelantamiento en un tramo con línea continua. Y al darse cuenta de que no le daba tiempo a finalizar la maniobra e iba a chochar de frente contra un camión, decidió regresar al carril derecho. Al hacerlo, golpeó la parte trasera del Volkswagen Golf en el que circulaban correctamente las víctimas, de 63 y 58 años, que salió despedido hacia la derecha y fue arrollado por un tráiler de 22 toneladas.

En el trágico accidente se vio implicado un tercer vehículo, un Seat Toledo que iba justo detrás del turismo del matrimonio de Quinto. Al someterse a la prueba de alcohol y drogas, este conductor dio positivo en cannabis. Fue denunciado por ello, pero los agentes aseguran que no mostraba ningún síntoma de circular influenciado por las drogas y no tuvo ninguna responsabilidad en lo ocurrido.

Llovía y la luminosidad era escasa

Según declaró ayer uno de los funcionarios de a Benemérita, «si el BMW del acusadono hubiera adelantado, nada hubiera ocurrido». «Basándonos en las huellas de frenada, los vestigios encontrados y las declaraciones de las personas implicadas, debemos concluir que el investigado inició la maniobra en una zona donde estaba prohibido adelantar. Pero aunque no hubiera habido tal señalización, dadas las características de la vía, ese adelantamiento nunca se podría haber efectuado», apuntó el agente. Y lo hizo refiriéndose a que era un tramo ascendente curvo con cambio de rasante, llovía y la luminosidad era escasa.

«Los accidentes ocurren, pero no podemos restar gravedad o descafeinar una conducta que nos parece grave», señaló ayer el fiscal jefe de Zaragoza, Felipe Zazurca, a la hora de emitir su informe y solicitar seis años de prisión para el acusado. «En una carretera nacional, frivolidades pocas. Y faltas de respeto a las señales de prohibición, ninguna», manifestó.

El abogado Ignacio Íñiguez, que ejerce la acusación particular en nombre de la familia de los fallecidos, reprochó también al encausado su «temeraria» actitud al volante, por la que propuso una condena de doce años de cárcel.

El acusado, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
El acusado, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
Oliver Duch

"Vi venir al camión, pero tenía tiempo más que suficiente"

El conductor acusado de causar la muerte del matrimonio de Quinto aseguró ayer estar «totalmente seguro» de que cuando empezó a adelantar no había «ninguna señal de prohibición». Roberto L.G. admitió que al iniciar el adelantamiento vio venir al camión a lo lejos: «Pero tenía tiempo más que suficiente», manifestó ante los magistrados de la Sección VI. Pero si algo quedó claro, es que no lo había. Como señaló la acusación particular, «pecó de un exceso de confianza», puesto que se vio obligado a abortar el adelantamiento y regresar de forma brusca al carril derecho.

El conductor del BMW trató de convencer al tribunal de que la culpa del fatal accidente fue la actitud de un tercer conductor implicado. «El Seat Toledo aceleró cuando yo finalizaba la maniobra de adelantamiento y no pude meterme en el carril derecho», declaró el acusado. Preguntado después por esta cuestión, el conductor del Toledo negó haber pisado el acelerador. Reconoció que vio el camión, intuyó un peligro y tampoco frenó. A pesar de ello, ni la Guardia Civil ni las acusaciones creen que lo ocurrido fuera responsabilidad suya. Para la defensa, a cargo de las letradas Isabel Giménez Uriaque y Celia Trullén, solo cabe la absolución. «No se conoce ni el punto exacto donde se inició el adelantamiento. Y sin esa certeza no se puede hablar de una maniobra prohibida», dijeron.

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