A la caza del 'poeta frustrado' que vandaliza el patrimonio zaragozano

Algunas pintadas que afean el Batallador, la Magdalena o la Seo ya no son firmas ni dibujos sino versos de dudosa valía, que pueden acarrear multas de 1.500 euros.

Una de las extensas pintadas en la parte baja del Batallador.
Una de las extensas pintadas en la parte baja del Batallador previa a su borrado hace 20 días.
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Están hartos de eliminarlas y de que, a los pocos días, vuelvan a aparecer. Los operarios de limpieza que se enfrentan a los grafitis y las pintadas del parque Grande José Antonio Labordeta concentran desde hace semanas buena parte de su odio en un "poeta frustrado" -así lo llaman-, que con discutibles versos arremete contra el patrimonio público. En las escaleras del Batallador se pueden leer pobres ripios escritos con esprai negro, que manchan los lienzos y las piedras del monumento y ocupan más metros cuadrados de lo que haría un simple garabato. Ahora los muros lucen limpios (la última limpieza en profundidad se hizo el pasado 6 de octubre), pero se teme que el vándalo rapsoda vuelva a actuar.

Es muy costoso limpiar estos grafitis, tanto económicamente para el erario (hasta 1,6 millones al año), como en lo que a esfuerzo de los trabajadores se refiere, dado que al ser monumentos catalogados y protegidos no se pueden emplear técnicas de limpieza que dañen la piedra. "Lo habitual es utilizar agua a presión y productos decapantes, pero según la superficie se utiliza el chorreo de arena, que erosiona el grafiti, o se opta por repintar la pared", explican. En el caso del patrimonio, como ya se ha visto en la Seo o el palacio de los Morlanes, el uso de productos abrasivos está vetado y no queda otra que emplearse a fondo frota que te frotarás… "Ya podría el ‘poeta frustrado’ abrirse un blog o publicar un libro. Que nos deje tranquilos, que suficiente trabajo tenemos ya por otro lado", se quejan los operarios, que identifican que el tipo de línea y de letra es siempre la misma en las pintadas de los últimos meses.

Otros ripios del mismo autor que están ya medio borrados.
Otros ripios del mismo autor que están ya medio borrados.
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El Ayuntamiento de Zaragoza es consciente del problema y, no en vano, tras las fiestas del Pilar el área de Servicios Públicos ha dado instrucciones a la contrata FCC Medio Ambiente para que reorganice sus servicios y programe "un nuevo plan de limpieza intensiva que llegue a todos los distritos y barrios rurales a lo largo de los próximos tres meses". Las campañas se focalizan en la retirada de basura dejada fuera de los contenedores o en la sensibilización sobre excrementos de mascotas, pero también en lo relativo a la limpieza de pintadas en zonas como el túnel Batallador, donde es compleja una  vigilancia sistemática. En el presupuesto municipal de este año hay una partida específica de 2 millones de euros para estos servicios.

Las multas para quienes hacen pintadas ilegales en muros y fachadas de la ciudad, según el artículo 30 de la ordenanza de limpieza, oscilan entre los 80 y los 750 euros. No obstante, la sanción puede alcanzar los 1.500 euros (sanción grave) cuando los grafitis se estampan en edificios considerados Bien de Interés Cultural. Además, desde hace unos años el Ayuntamiento contempla la posibilidad de que la sanción económica pueda ser sustituida por trabajos en favor de la comunidad. Para ser multados, hay que sorprender a los vándalos ‘in fraganti’ y, según explican fuentes policiales, muchos de los autores han dejado de firmar sus ‘obras’ porque cuando se identifica a un autor es fácil atribuirle muchos destrozos anteriores que llevan también su impronta. Quizá en el caso que nos ocupa la carencia de categoría literaria sería firma suficiente...

Otras pintadas en la escalinata que lleva hasta la estatua de Alfonso I.
Otras pintadas en la escalinata que lleva hasta la estatua de Alfonso I.
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El caso del zaragozano ‘poeta frustrado’ recuerda a lo sucedido hace unos meses en Benasque, donde la Guardia Civil detuvo a un joven de 21 años como autor de un delito continuado de daños tras realizar más de 80 pintadas en 43 lugares diferentes de la localidad. Allí también se había dedicado a estampar en esprai -al margen de insultos y dibujos groseros- algunas frases lapidarias de escritores celebres cómo Ernest Hemingway o Charles Bukowski. Los daños de aquellas numerosas pintadas se valoraron en 9.279 euros, un precio desorbitado para alguien que “parece que esté enfadado con el mundo”, dijo el alcalde al leer algunas de las sentencias que el arrestado escribía en los muros.

En el parque Grande de Zaragoza los textos son menos crudos, se centran más en el desamor, pero igualmente lamentables, además de estar mal puntuados o contar con fallos de concordancia. “Sé la paciencia en sus enfados, el perdón por sus errores...”, se leía hasta hace unos días en uno de los escritos. Los vándalos ya han demostrado que no ponen reparos a la hora de cebarse con espacios emblemáticas como el puente de los Cantautores, las casas del Museo Etnológico de parque o, incluso, el nuevo ‘pump track’ para patinadores y bicicletas.

Aunque sería mejor que el ‘escritor frustrado’ tuviera menos sensibilidad para la poesía y más para el cuidado del patrimonio, el Ayuntamiento informa de que a lo largo de 14 semanas se ha previsto un refuerzo de limpieza con equipos extraordinarios con hidrolimpiadores, que se asomarán allí donde se acumulen regueros de manchas, grafitis y otras pintadas.

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