sucesos 

Condenado por romper un dedo a un taxista en Zaragoza que le pidió que se pusiera la mascarilla

El agresor deberá pagar una multa de 1.440 euros y una indemnización de 1.800 al taxista por los días de baja

Un taxi busca hueco en la parada del paseo de la Independencia.
Un taxi busca hueco en la parada del paseo de la Independencia.
Oliver Duch

Recriminar el mal uso de la mascarilla o su ausencia ha salido en ocasiones caro. A un taxista de Zaragoza le costó la fractura de la falange de un dedo y 30 días de baja. Pero al causante de estas lesiones le va a costar ahora compensar el daño y los perjuicios económicos que ocasionó. En concreto, una multa de 1.440 euros, más 1.800 de indemnización, así como los intereses legales y las costas del procedimiento judicial, incluidas las de la acusación particular.

La titular del Juzgado de lo Penal número 4 ha condenado a Anderson Q. P. por un delito de lesiones causadas al taxista cuyos servicios contrató el 1 de mayo de 2021, sobre las 23.00, en la avenida de Goya en la confluencia con la Gran Vía. Como el pasajero no llevaba adecuadamente la mascarilla, el conductor le llamó la atención, a lo que el acusado respondió golpeando la mampara del vehículo e insultando al taxista por llamarle la atención. La recriminación al viajero no surtió ningún efecto por lo que, a la altura del Bingo Zaragoza, el taxista detuvo el coche, le dijo que hasta ahí había llegado su servicio y le pidió que se bajara.

La juez considera probado que, al salir del taxi, Anderson Q. P. se cayó al suelo y al levantarse empezó a lanzar golpes al conductor, uno de los cuales le dio en la cara y otro en la mano con la que se protegió. A consecuencia de este último, sufrió la fractura de la falange media del cuarto dedo, que requirió tratamiento farmacológico y la inmovilización del dedo con una férula. Tardó en curar un mes.

Aunque el acusado siempre negó haber cometido cualquier agresión (sí admitió los insultos) y alegó que el taxista se lesionó él mismo cuando le abrió la puerta para que se apeara, la juez no lo ha creído. Sobre todo, porque un motorista que circulaba tras el vehículo, y sin tener relación con alguna de las dos partes, observó «movimientos» en la parte trasera del coche y que, en un momento dado, este se detuvo, bajaron los dos ocupantes, el viajero cayó al suelo y nada más levantarse empezó a dar puñetazos al conductor, uno de los cuales le impactó en la cara y otro en la mano con la que trataba de cubrirse el rostro. 

La Fiscalía acusaba al agresor de un delito de lesiones por el que solicita una pena de cárcel de año y medio y 1.800 euros de indemnización, la misma compensación que pedía la acusación particular, a cargo del letrado Marco Antonio Navarro, aunque la pena de prisión la elevaba al doble.

Finalmente, sopesando la entidad de las lesiones, la juez opta por imponer una condena de ocho meses de multa, a seis euros diarios, o un día de privación de libertad por cada dos cuotas no satisfechas. La sentencia puede ser recurrida.

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