Sucesos

Un policía local de Zaragoza niega una agresión que podría costarle 3 años de cárcel

Los hechos se produjeron en la Nochevieja de 2020-21 en la zona de bares del Casco Viejo de la capital aragonesa.

Los dos acusados, durante el juicio celebrado este lunes en la Audiencia de Zaragoza.
Los dos acusados, durante el juicio celebrado este lunes en la Audiencia de Zaragoza.
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No hay mejor defensa que un buen ataque. La frase, atribuida al general y filósofo chino Sun Tzu y recogida en la obra ‘El arte de la guerra’, podría resumir el juicio celebrado este lunes en la Audiencia de Zaragoza. En el banquillo de los acusados, dos hombres: C. G. A. y J. C. R. B. El primero fue identificado como presunto autor del robo de un teléfono móvil pero acabó detenido por un delito de atentado. Porque el segundo investigado es uno de los policías locales que participó en la intervención, para el que el supuesto ladrón solicita ahora una condena de tres años de cárcel por un delito de lesiones graves.

La Fiscalía y el abogado Enrique Esteban, que representa al funcionario, tienen claro que estos hechos, ocurridos en la madrugada del 1 de enero de 2020 en la zona de bares del Casco Viejo de Zaragoza, nunca debería haber acabado en la Audiencia Provincial. Para ellos, en ningún momento ha quedado acreditado que el agente se excediera en el uso de la fuerza o agrediera a su compañero de banquillo. Y están convencidos de que si lo acusa es únicamente como estrategia de defensa.

Por el contrario, la acusación pública y particular sí consideran acreditado que C. G. A. acometió contra el funcionario, razón por la que le imputan un delito de atentado y solicitan para él una condena de un año de prisión. El abogado del agente lo acusa también de un delito leve de maltrato, por el que pide que se le imponga una multa de 480 euros. “Porque si no se castiga aunque sea de forma testimonial el golpear a un policía, de alguna manera estamos permitiendo que se siga haciendo”, ha señalado el letrado.

Como ha quedado claro durante la vista, la intervención policial se desencadenó a raíz del robo de un teléfono móvil a un joven en la calle de Contamina. Las características de los supuestos asaltantes fueron facilitadas por la emisora del 092, lo que hizo que una patrulla que se encontraba en la zona procediera al arresto de C. G. A. Durante su declaración ante el tribunal de la Sección Primera, este hombre ha negado que él robara el teléfono. “Sin saber por qué, se me echaron encima y cuando quise darme cuenta estaba en el suelo”, ha explicado.

Pero el presunto ladrón ha ido más allá y ha asegurado que, cuando un agente lo tenía ya esposado, el policía acusado le propinó un porrazo con la defensa reglamentaria abriéndole una brecha en la ceja. El funcionario mantiene que en ningún momento le agredió y que se limitó a contenerlo, puesto que se resistió a la detención y reaccionó de forma

Los forenses han confirmado que C. G. A. presentaba una brecha en el rostro. Pero reconocen que ese corte también podría haberse producido al acometer contra el agente cuando este se protegía con la porra. violenta. Pero es que un hombre que acompañaba aquella noche al lesionado también ha desmontado su versión, puesto que ha dicho que no estaba engrilletado cuando sufrió el golpe.

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