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El rey del 'simpa' de Zaragoza es detenido cuando desayunaba en un bar de la calle Rioja

Antonio Miguel Grimal Marco, que acumula más de 40 detenciones por irse sin pagar de establecimientos de hostelería, tenía una orden de ingreso en prisión.

Antonio Miguel Grimal Marco, al ser detenido este domingo en la hamburguesería Goiko de la calle San Miguel de Zaragoza por negarse a pagar
Antonio Miguel Grimal Marco, al ser detenido en la hamburguesería Goiko de la calle San Miguel de Zaragoza por negarse a pagar
Goiko

Una más para el rey del ‘simpa’. Antonio Miguel Grimal Marco, el estafador especializado en irse sin pagar de los negocios de hostelería de Zaragoza, volvió a ser detenido este domingo en la capital aragonesa. En esta ocasión, la Policía Nacional le sorprendió en el bar Kiko de la calle Rioja, donde estaba desayunando a las 7.50. Fue detenido no porque se hubiera ido sin pagar (aún), sino porque sobre él pesa una orden por sus últimos delitos. Ya por la tarde, el juzgado de instrucción número 4 decretó su ingreso en prisión.

Natural de Barcelona, de 47 años de edad, Antonio Miguel Grimal vive de una pensión no contributiva. En su historial constan 46 detenciones por idénticos delitos de estafa, todos leves. Esta calificación del tipo delictivo es la que le permite acumular arrestos y reincidencias sin que agrave las consecuencias, de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal Supremo.

La última vez que un juez lo envió a prisión fue el pasado 13 de marzo por una cena en un restaurante de la plaza de Emperador Carlos. La Policía se lo llevó detenido por no tener un domicilio conocido y terminó en Zuera por orden judicial. Solo en esa semana había sido arrestado los días 5, 6, 8, 9 y 11.

El 27 de marzo, recién salido de prisión, volvió a ser detenido en un local de la calle de San Miguel, después de negarse a pagar los 47,50 euros que costaba la comida. El lugar elegido en aquella ocasión fue la hamburguesería Goiko. Pidió una Kevin Bacon (la hamburguesa 'best seller' del local, de 12,9 euros) con patatas finas, una ensalada César (11,9 euros) y teques (palitos rellenos de queso, 8,9 euros), además de una gran jarra de tinto de verano, un café con whisky y un helado.

Un mes antes, a apenas unos metros de este lugar, hizo lo propio en el restaurante Plaza Goya. Allí degustó varias tapas de la barra, como torreznos, bocadillos y montados, se tomó dos coca colas, dos cervezas, un café, un helado y dos cubatas. En total, unos 45 euros que se negó a pagar.

La vez que vivió la situación más comprometida judicialmente fue el 19 de diciembre de 2017 en la Audiencia Provincial de Zaragoza, cuando la Policía lo llevó esposado desde la prisión de Zuera después de que los jueces tomaran la decisión de enviarlo a la cárcel debido a que se negaba a responder sus reiteradas citaciones y por temor a que siguiera cometiendo estafas.

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