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Una joven de Zaragoza acusa a su novio de violación y la defensa alega "estreñimiento"

La abogada de un joven acusado de agredir sexualmente a su pareja alega que fue una relación consentida y que tras la petición de 10 años de cárcel podrían existir motivos espurios. 

El acusado, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
El acusado, durante el juicio celebrado en la Audiencia de Zaragoza.
Guillermo Mestre

La ley impide juzgar dos veces a una persona por los mismos hechos, pero lo cierto es que Ionut C. M. se sentó ayer por segunda vez en el banquillo como presunto autor de la violación de su novia en Zaragoza. Pero lo hizo porque un fallo de grabación registrado el pasado 14 de diciembre, cuando se celebró el juicio, ha obligado a la Audiencia Provincial a repetir la vista. Y aunque alguna de las partes podría haber aprovechado la inusual circunstancia para revisar su versión de lo ocurrido, tanto el acusado como la víctima han insistido en lo que ya dijeron. El primero ha recordado que llevaban casi dos años saliendo y ha asegurado que fue una relación sexual plenamente consentida. La chica ha reconocido que se metió con él en la cama de forma voluntaria, pero ha dejado claro que nunca aceptó practicar sexo anal con su pareja y hubo un momento en que tuvo que gritarle que parara porque le estaba haciendo mucho daño.

La Fiscalía y la acusación particular han pedido una condena de 10 años de prisión para el presunto agresor, que ha vuelto a contestar exclusivamente a las preguntas de su abogada, Carmen Sánchez Herrero. Para esta, el tribunal no puede imponer semejante castigo cuando se habla de un uso desmedido de la fuerza y no hay ningún parte de lesiones. La letrada ha aprovechado su informe para recordar que los forenses reconocieron a la denunciante y solo les refirió un fuerte dolor anal “que podría ser compatible con una agresión sexual pero también con un estreñimiento”. Para la defensa, tras la denuncia podrían existir motivos espurios. Y lo hace porque la chica dijo en un primer momento al acusado que no iba a denunciar y actualmente sale con un amigo de este, que se encontraba en el salón de la vivienda donde el 13 de agosto de 2020 se produjo la supuesta violación y pese a escuchar gritos de “para, para” optó por seguir viendo la televisión.

“Yo escuché: ‘Para, para, por ahí no’. Ella salió después de la habitación llorando y él se fue al baño riéndose”, ha declarado el testigo. “Yo no intervine porque como él iba drogado no sabía cómo iba reaccionar, preferí quedarme viendo la tele. Cuando salieron, vi el panorama y me marché de allí”, ha añadido. El joven ha explicado también que fue al día siguiente cuando la chica le contó lo ocurrido. “Por lo visto se montó encima de ella y no le dejaba moverse. Como que le ponía más el rechazo”, ha relatado.

Durante su declaración, la víctima ha admitido que llegó a decir al acusado que no iba a denunciarlo. La chica ha confesado también que no quería que se enterara ni su familia ni nadie.

“Fueron sus amenazas las que me hicieron acudir finalmente a la Policía. Porque me envió un mensaje de audio en el que decía que si contaba algo iba a arrepentirme, que me iba a mandar gente. Tenía y sigo teniendo miedo. Ni siquiera puedo subir sola al autobús o al tranvía”, ha manifestado.

El acusado se encuentra actualmente en prisión provisional por esta causa, ya que el juez de instrucción dictó en su día una orden de alejamiento y este se deshizo de la pulsera de seguridad que le colocaron. Para probar que el presunto agresor es una persona violenta, la acusación particular ha recordado que fue denunciado por su propia madre, lo que dio lugar a otra orden de alejamiento.

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