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Crimen de Pleitas: 9 detenidos por un robo de marihuana y una emboscada mortal

Los dos DNI hallados en la furgoneta que los delincuentes abandonaron en su huida resultaron claves para iniciar las pesquisas.

La Guardia Civil investiga el crimen de un vigilante en una plantación de cáñamo en Pleitas
Las plantas de cannabis se encontraban en una finca situada justo detrás de la casa consistorial de Pleitas.
Toni Galán

La Guardia Civil ha conseguido resolver y detener a los nueve responsables del crimen de Pleitas, perpetrado el 2 de octubre de 2021 y del que fue víctima un hombre de 45 años que llevaba algún tiempo viviendo en Mallén pero procedía de Valencia. El fallecido, identificado como Javier G. T., se encargaba de vigilar una plantación de cáñamo industrial ubicada en esta pequeña localidad de la Ribera Alta del Ebro de solo 34 habitantes. Una de las hipótesis que barajaron desde el primer momento los investigadores es que los autores habían tiroteado con una escopeta al levantino para no dejar testigos del robo de las plantas de marihuana. Y parece que sus sospechas estaban bien encaminadas.

Según pudo saber HERALDO, tras cinco meses de pesquisas y numerosas escuchas telefónicas, la Guardia Civil procedió en la madrugada de ayer a la detención de ocho hombres por su implicación en el homicidio. Los agentes tenían intención de arrestar a un noveno, pero no lo encontraron en su casa y no fue hasta la tarde cuando este se personó voluntariamente en el cuartel de Casetas, en cuyos calabozos han pasado la noche todos los investigados.

La Comandancia de Zaragoza no ha facilitado todavía ninguna información, ya que la titular del Juzgado de Instrucción número 2 ha decretado el secreto de sumario. En cualquier caso, fuentes próximas al caso confirmaron a este diario que a los detenidos se les atribuyen delitos de homicidio, hurto y pertenencia a organización criminal. Todos tienen lazos familiares y la mayoría arrastra antecedentes por robos. Las detenciones y registros se practicaron durante la noche en varios domicilios de Zaragoza, algunos de ellos, ubicados en los barrios de Torrero y La Paz. Los abogados de los encausados les aconsejaron no declarar ayer ante la Guardia Civil, aunque parece que al menos uno de ellos sí lo habría hecho. A priori, todo apunta a que los responsables de las pesquisas apurarán el plazo máximo de detención, que permitiría retrasar la puesta a disposición judicial de los investigados hasta mañana jueves. Pero tampoco se descarta que adelanten el trámite a hoy.

¿Quién efectuó los disparos?

El cadáver de la víctima fue descubierto sobre las 8.30 a unos 200 metros del casco urbano de Pleitas. Quien lo encontró fue un ciclista que circulaba en dirección al municipio y se encontró un vehículo dentro de una acequia. Al aproximarse, vio el cuerpo inerte y ensangrentado de un hombre. Todo apuntaba entonces a un accidente de tráfico, pero cuando llegó la Guardia Civil comprobó que el finado presentaba un disparo en la espalda. Y lo más sospechoso, estaba sentado en el asiento del conductor y tenía puesto el cinturón de seguridad. La autopsia confirmaría después que a Javier G. T. le dispararon con una escopeta por la espalda. Los investigadores habrán de concretar ahora quién fue el autor material del crimen.

La gran cantidad de personas involucradas en los hechos ha dificultado bastante su esclarecimiento. Pero que los responsables del robo y de la muerte del vigilante no eran verdaderos profesionales del crimen se hizo evidente desde el primer momento. Porque, como informó en su día HERALDO, en su precipitada huida, los delincuentes dejaron abandonada una furgoneta en la que la Guardia Civil halló dos DNI, lo que permitió identificar a los primeros sospechosos para tirar después del hilo. A la postre, uno de los detenidos durante la madrugada de ayer en Zaragoza es el titular del vehículo abandonado.

Pudieron volver para no dejar testigos del primer robo frustrado

El día anterior al homicidio, al menos ocho personas habían intentado robar en la plantación de cáñamo industrial de Pleitas, ubicada justo detrás de la casa consistorial y donde acababan de recoger una cosecha. Tal circunstancia tampoco pasó desapercibida para la Benemérita, que sospechó enseguida que podría haber varias personas involucradas de alguna manera en el crimen.

Todo apunta a que el fallecido, al que el dueño de la finca daba algún dinero para que vigilará las plantas, pudo sufrir una emboscada tras el primer robo frustrado.

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