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La huelga del bus en Zaragoza cumple un año con conflictos legales y más encallada que nunca

Los trabajadores se reúnen para planear protestas tras la ruptura de la negociación.

Los conductores del bus mantienen su huelga esta semana en horario de 12.30 a 16.30.
Los conductores del bus mantienen su huelga.
Guillermo Mestre

La paz duró poco. La tregua en los paros previstos la semana pasada en el bus urbano de Zaragoza fue más bien un espejismo de un posible entendimiento que, al parecer, nunca llegó a producirse. Cuando se cumple un año de su inicio –justo ayer–, la dilatada huelga sigue más encallada que nunca, y lastrada además por las disputas legales tras el fallo que anuló las últimas elecciones sindicales y, por tanto, la composición del actual comité. Por ahora, no se intuye un fácil desenlace a este conflicto, que ha provocado un empeoramiento del servicio de transporte público durante 86 días de los 365 que ya se prolonga.

Lejos de acercar posturas, ambas partes dieron el jueves un paso atrás en las negociaciones. La concesionaria Avanza y los representantes de la plantilla se acusaron mutuamente de romper el diálogo y, sea como fuere, el calendario de reuniones previsto quedó anulado. Hoy habrían tenido un nuevo encuentro ante el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) pero, en lugar de eso, será el comité –el que había antes de las elecciones celebradas en 2016– el que se cite mañana para valorar nuevas movilizaciones.

De momento, el viernes han convocado una cacerolada a las puertas del Ayuntamiento de Zaragoza, coincidiendo con un pleno, y el próximo lunes, día 28, está previsto que regresen los paros parciales, que se están desarrollando en semanas alternas (a excepción de la pasada) en horario de 12.30 a 16.30. No obstante, como recalcaron este domingo desde el Comité Unitario de Trabajadores (CUT), sobre esta cuestión se hablará también en la reunión de mañana.

Fue el 20 de febrero de 2021 cuando los conductores secundaron los primeros paros de esta huelga que, junto a la del tranvía que hace poco terminó con la firma de un nuevo convenio colectivo, ha sido la más larga del transporte público de la ciudad. En este tiempo, los usuarios de los buses han sufrido las consecuencias del conflicto durante alrededor de 86 días en alguna franja horaria. A lo largo del año pasado, según datos de Avanza, las protestas afectaron a unas 21.000 horas de servicio, entre todos los autobuses y el resto de los trabajadores.

Ahora, la situación es todavía más complicada. La votación para elegir al nuevo comité se celebrará el próximo lunes y, mientras tanto, hay varios procesos abiertos que todavía enturbian más la situación. Por un lado, OSTA ha interpuesto medidas judiciales contra las secciones sindicales y contra el acta que dictó el SAMA sobre el nuevo procedimiento electoral y, por otro, la propia concesionaria presentó una demanda de convenio colectivo por considerar la huelga ilegal, al estar convocada por un comité invalidado.

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