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Banda de Badoo: Las pruebas acorralan a los acusados de asesinato

Las pesquisas conjuntas de la Guardia Civil y Ertzainza permiten seguir el itinerario del horror al que sometieron al fallecido. 

Los acusados Mohamed Achraf y Candy Arrieta, este lunes en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Los acusados Mohamed Achraf y Candy Arrieta, en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Los investigadores del asesinato de José Antonio Delgado Fresnedo, bilbaíno de 54 años, cometido en Pedrola el 9 de septiembre de 2019, no dejaron resquicio para las dudas sobre la autoría del crimen. Su exhaustiva investigación ha permitido al jurado escuchar pruebas abrumadoras contra Mohamed Achraf Darai, de 40 años, y Candy Arrieta, de 38, acusados de asesinar a la víctima con extrema violencia y enterrarla aún con vida en un inhóspito paraje de Pedrola.

Por la Audiencia Provincial han pasado en la mañana de este miércoles guardias civiles de la Unidad Central Operativa de Madrid, de la Comandancia de Zaragoza y de la central de la Ertzainza. Todos ellos han explicado con detalle y pedagogía a los miembros del jurado el minucioso trabajo técnico que hicieron para encontrar a José Antonio Delgado, averiguar qué le había pasado y detener a los asesinos.

Dos agentes del Laboratorio de Criminalística que hicieron la inspección del lugar donde los criminales enterraron el cadáver, a 7,8 kilómetros del núcleo urbano de Pedrola, explicaron que los autores del crimen eligieron un sitio "inhóspito" al que no lleva ningún camino y por el que no se puede transitar con vehículos. En esa zona la tierra es caliza, de color blanquecino, con muy poca vegetación y sin actividad agrícola. Allí hallaron unas rodadas de 21 centímetros correspondientes a un turismo normal y averiguaron que desde el punto donde los criminales dejaron el coche a la fosa en la que enterraron el cadáver hay 24 metros, por lo tanto, tuvieron que llevar el cuerpo andando. No obstante, no hallaron huellas de arrastre, lo que quiere decir que lo llevaron en volandas.

Lo primero que vieron al llegar fue un montículo de tierra y, al acercarse, el abdomen de un cuerpo. También observaron la marca de una pala y encontraron una colilla de un cigarrillo de la marca LM de la que luego extraerían el perfil genético de Mohamed Achraf. Luego, tal y como han explicado, estuvieron cuatro horas sacando tierra poco a poco para exhumar el cuerpo entero, que estaba completamente desnudo, descalzo y con la boca abierta.

Las numerosas muestras de tierra que tomaron serían comparadas después con los restos hallados en el coche de los acusados, un Mercedes gris, tanto en la parte del conductor como del copiloto, y el análisis reveló que eran similares. En el maletero de ese vehículo metieron luces forenses y detectaron que había restos biológicos con ADN no solo del fallecido sino de otra de las víctimas de la banda a la que, con el mismo método de captación a través de Badoo, habían secuestrado, golpeado y robado pocos días antes. Igualmente, hallaron las llaves de un Renault Clío de otra víctima.

 "Nuestra conclusión fue que José Antonio Delgado estuvo en ese maletero, las personas que estuvieron en ese coche pisaron tierra similar a la del lugar enterramiento y condujeron y viajaron en ese vehículo", han afirmado los guardias civiles.

Por su parte, dos miembros de la policía autonómica vasca relataron todas las gestiones que hicieron para dar con el paradero de José Antonio Delgado, entre ellas el cotejo de miles de teléfonos para lograr dar con un número  cuyo terminal hubiera estado en cuatro puntos clave que lo relacionaran con la victima, como su llegada a la estación de  Luceni;  los cajeros de los que extrajeron dinero con su tarjeta en Figueruelas o donde los criminales condujeron y vendieron su Mercedes deportivo rojo en el parquin del Mercadona de Utebo y en la calle Bonn de La Almozara, en la capital aragonesa. 

"Hicimos un trabajo de artesanía. De todos esos miles de teléfonos solo había uno que coincidía en los cuatro. Fue un momento de mucha emoción", ha reconocido uno de los ertzainas. Después averiguaron que ese número estaba registrado en la Secretaría de Igualdad y asociado a una pulsera telemática y al centro Cometa que controla a los maltratadores y que en este caso era de Mohamed Achraf. Este descubrimiento resultaría trascendental para después, siguiendo el "itinerario del horror" con el GPS del acusado, llegaron hasta la fosa y al cadáver.

El agente expresado que nunca en su vida olvidará el día 13 de septiembre de 2019, cuando momentos después de haberse entrevistado con la hermana de José Antonio para contarle los pormenores de la investigación que estaban haciendo, y que hasta ese momento era una "desaparición inquietante", Arancha Delgado lo llamó de nuevo  toda "desencajada"  para explicar que un hombre se había presentado en el domicilio de sus padres en Guecho, para decir que a un primo suyo de Zaragoza le habían vendido el coche de José Antonio y los estaba acusando de estafa porque no podían ponerlo a su nombre. A partir de entonces temieron lo peor. 

Además de estas pruebas, tres guardias civiles desmontaron la versión que dio la acusada Candy Arrieta de que estaba secuestrada y maltratada por su pareja, que le obligaba a captar hombres por Badoo para robarles y todo lo hacia bajo coacción. Dijeron que el día que registraron la nave de la calle Plátano de Pedrola en la que vivían "estaba muy tranquila", incluso se dormía en el sofá,  y en ningún momento dijo que la estaban reteniendo. Comentaron que pidió ir al baño y que aprovechó el momento para arrojar por el inodoro la alianza y una cadena de oro de la víctima. 

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