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Banda de Badoo: "Lo mantuvieron dos días moribundo y el tercero, aún con vida, lo enterraron"

Los especialistas de la Guardia Civil que investigaron el asesinato de José Antonio Delgado declaran en el juicio que la violencia y peligrosidad extremas de los acusados es inusual, "difícil de ver"

Los acusados, en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Los acusados, en la Audiencia Provincial de Zaragoza, delante de sus abogados, Carmen. Sánchez y Luis Ángel Marcén.
Guillermo Mestre

"Los dos acusados actuaban con un grado de violencia y peligrosidad extremas y con una gravedad que es difícil de encontrar a nivel nacional dentro de lo que vemos". Estas palabras han sido pronunciadas este martes en la Audiencia Provincial de Zaragoza por dos miembros de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Son agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil encargados de la investigación y persecución de las formas más graves de delincuencia y crimen organizado en España a los que, a pesar de su experiencia, impresionó lo que descubrieron en Pedrola.

Los funcionarios y los que han declarado posteriormente en el juicio con jurado por el asesinato de José Antonio Delgado, cometido el 9 de septiembre de 2019, se referían obviamente a Mohamed Achraf y Candy Arrieta. Han confirmado que la pareja actuaba con una frialdad y crueldad tales que no tuvo problema en enterrar viva a su tercera víctima.

Las dos anteriores, también dos hombres, pudieron escapar malheridos y torturados, uno con disparos de una pistola eléctrica y el otro con un arma de fuego simulada que le pusieron en la sien, además de atarlo con bridas de pies y manos y colgarlo como "un cerdito", como contó él mismo en el juicio que se celebró la semana pasada por uno de los secuestros y robo.

Los guardias civiles han desmontado la versión de la acusada, que ayer se presentó como una mujer secuestrada y maltratada de hizo todo lo que Mohamed Achraf y dos dominicanos a los que nadie ha visto le decían.

"En ningún momento Candy Arrieta encaja con el perfil de una persona sometida", dijeron a preguntas de la fiscal, Ana Diez. "En las vigilancias vimos a Candy entrar y salir de la nave de Pedrola en la que vivían con total libertad de movimientos", han afirmado, al tiempo que han recordado que había numerosas fotografías que confirmaban lo que aseveraban.

La unidad de especialistas de la Guardia Civil se hizo cargo de la investigación, con la colaboración de agentes de Zaragoza y de la Etzaintza, ya que el fallecido era de Bilbao, a raíz de la desaparición de José Antonio Delgado y del hallazgo de su vehículo, un Mercedes deportivo que los acusados vendieron a una pareja de Zaragoza que adelantó 11.000 euros en efectivo.

"Nos dimos cuenta de que había tres casos ocurridos en julio y septiembre en la misma zona y que el modus operandi era muy parecido: una mujer actuaba de gancho a través de la red Badoo destinada a encuentros sexuales; ella captaba a las víctimas y luego el acusado -y un tercer hombre, al menos en uno de los secuestros-  a las llevaban a un lugar aislado donde las golpeaban para obtener la clave de las tarjetas y quitarles el coche y todas sus pertenencias", han contado.

Con uno de los hombres se citó en Gallur y con los otros dos, en Luceni. La acusada se anunciaba en Badoo con su propia foto, algo que los investigadores no consideran un error. "Era premeditado para que cuando llegara víctima al lugar se confiara y se fuera con ella", han indicado.

En el caso del vecino de Bilbao, los agentes han contado que los encausados lo llevaron a la nave de Pedrola donde residían. "Allí fue maltratado durante dos días por desgracia antes de ser enterrado. La escalada de violencia llegó a la culminación porque lo mantuvieron dos días moribundo y el tercero, aún con vida, lo enterraron".

La pulsera de control telemático que el acusado llevaba por maltratar a su mujer sirvió para conocer todos sus movimientos y, afortunadamente, para localizar el cadáver de la víctima, algo que hubiera sido sumamente difícil de otra manera. Con autorización judicial, investigaron los posicionamientos por antena y por GPS. De esta forma, pudieron comprobar donde había estado minuto a minuto el sospechoso.

Los guardias civiles han contado que el 8 de septiembre detectaron que Achraf hizo un movimiento inusual, rumbo a un punto alejado de núcleo urbano, un paraje remoto, cerca de su domicilio pero no frecuentado por gente. "La conclusión a la que llegamos es que allí estaba enterrado José Antonio. Localizamos la zona a la que no es fácil llegar con vehículo. Vimos un agujero en el suelo hecho por animales que habían escarbado y vimos el ombligo de un cuerpo", han contado.

"Sé que esta es su bolsa porque es igual que una que me regaló a mí"

Durante la sesión de hoy han declarado el padre, el hijo y la hermana de la víctima. Con gran entereza han recordado a que José Antonio Delgado Fresnedo les dijo que se iba a Zaragoza a visitar a una "amistad". Y ya no volvió. Su hermana se ha visto en el trance de reconocer sus pertenencias, tales como un anillo, una cadena o una bolsa de viaje. "Sé que es esa porque me regaló una igual", ha dicho emocionada. Lo que nunca han recuperado es una medalla con las iniciales de Pilar, su madre, y su fecha de nacimiento y una cruz, ha lamentado. 

La Fiscalía solicita 32 años de prisión para cada acusado por asesinato, robo con violencia y blanqueo de capitales. La acusación, a cargo de la letrada Estefanía Rojo, quiere, de entrada, que la pareja sea condenada a prisión permanente revisable, pero para eso el jurado tendrá que dar por probado que formaban una banda organizada, pues el Código Penal recoge ese castigo para quienes cometen el delito de asesinato como grupo criminal formado por más de dos personas. En este caso, debe demostrarse que intervinieron más personas  en el crimen. 

La tercera acusación la ejerce el abogado Juan José Serra en nombre de un matrimonio que pagó 11.000 euros a los procesados por el Mercedes deportivo de la víctima. Los perjudicados explicaron que les pidieron el dinero en metálico y otros 11.000 en transferencia, que no se llegó a efectuar nunca pues no pudieron poner el coche a su nombre. 

Cuando fueron detenidos como sospechosos del asesinato y robo, este matrimonio  reconoció al acusado sin duda en fotos y en fotogramas a la acusada. Este martes contó que negoció la venta del vehículo con Mohamed Achraf y las llaves se las dio Candy Arrieta. "Me siento estafado, engañado, Me siento un idiota", dijo ante el tribunal. 

Cuando esta persona pagó el dinero y luego no pudo poner a su nombre el coche, envió aun familiar que vive en Bilbao a casa de la víctima, en Guecho. Allí habló con su padre, que se llama igual que el fallecido, y tuvieron una discusión porque él pensaba que lo habían estafado, mientras que el padre llevaba dos día muy preocupado sin saber nada de su hijo y había denunciado su desaparición. Su testimonio luego fue fundamental para identificar a los sospechosos del asesinato. 

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