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El joven que dio una brutal paliza a un policía en Zaragoza ya sabe el duro castigo al que se enfrenta

La Fiscalía habla de un "desproporcionado comportamiento", así como de un "absoluto menosprecio al principio de autoridad». La agresión se produjo durante el Pilar, pero el inspector pasó por el quirófano hace un mes y sigue de baja.

El agresor, tras su detención en Alicante cuando intentaba huir de España.
El agresor, tras su detención en Alicante cuando intentaba huir de España.
Policía Nacional

Las imágenes dieron la vuelta al país. El pasado 17 de octubre, último día de las Fiestas del Pilar, un joven de origen argelino se encaraba con varios pasajeros de un bus urbano por reprocharle que no llevara puesta la mascarilla. Un inspector de la Policía Nacional fuera de servicio que viajaba en el mismo autocar trató de calmar los ánimos, pero lo único que obtuvo fueron insultos. Decidió entonces sacar su placa e identificarse como agente de la autoridad para recordar al pasajero sus obligaciones. Pero el alborotador aún se alteró más y terminó propinándole una paliza de la que casi cuatro meses después todavía no se ha recuperado.

Por tan «desproporcionado y brutal comportamiento», la Fiscalía acaba de acusar a Bilal Moujami, que así fue identificado después el agresor, de 29 años, de un delito de atentado y otro de lesiones. Según el parte médico, la suerte de patadas y puñetazos que encajó en la cabeza la víctima le provocaron un traumatismo facial, fractura malar, rotura de menisco, hemorragia subconjuntival y una úlcera corneal, amén de un rosario de hematomas. Hace apenas un mes tuvo que pasar por el quirófano para someterse a una operación de rodilla, por lo que tardará todavía algún tiempo en recibir el alta médica. Además, los facultativos ya le han diagnosticado una «cefalea postraumática» que se traduce en constantes dolores de cabeza.

Para el Ministerio Público, semejante parte de lesiones y el «absoluto menosprecio al principio de autoridad» del que hizo gala el acusado merecen un severo castigo, de ahí que haya solicitado para él una condena de tres años y nueve meses de prisión. En cualquier caso, la pena propuesta por la Fiscalía queda lejos de los doce años que exige la defensa del agente, a cargo de la letrada Pilar Sangorrín. Pero es que esta aprecia también un delito de odio. El abogado del sindicato Jupol, Marco Antonio Navarro, entiende que el castigo adecuado serían seis años de cárcel.

La agresión a un policía en el tranvía de Zaragoza

Concluidas las pesquisas y presentados los escritos de acusación y defensa, solo queda ya fijar la fecha del juicio contra Bilal Moujami, que ingresó en prisión provisional    tras ser detenido en Alicante el 25 de octubre cuando trataba de huir de España.

Sin posibilidad de defensa

Lo que ha quedado claro gracias a los testigos y a la grabación que hizo una pasajera del bus es que el inspector fue atacado de forma sorpresiva y no tuvo ninguna posibilidad de defensa. Como recuerda ahora la acusación pública, cuando la víctima seguía tratando de tranquilizar al alborotador, este llegó a agarrarse de las barras del autocar para tomar impulso y lanzarle dos fuertes patadas al pecho. El inspector se desequilibró y cayó sobre los asientos que había vacíos tras él. Sin tiempo para reaccionar ni posibilidad alguna de defensa, el agresor se colocó a horcajadas sobre el policía y le propinó la brutal paliza. El acusado alegó que reaccionó así porque le insultaron antes. Pero los testigos han negado de forma tajante cualquier incidente previo.

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