zaragoza

Juega a ser urbanista, ¿qué propuesta queda mejor?

Estas son algunas de las ideas que los ciudadanos han sugerido para rediseñar la plaza que hoy en día es una gran losa de hormigón. Muévelas y descubre tu preferida.

“Las plazas son el ágora, el lugar común donde ser visibles”, dicen los arquitectos, sabedores de que el diseño de uno de estos espacios puede dotar de vida o condenar a todo un barrio. Los ciudadanos de a pie poco sabemos de urbanismo y arquitectura, pero sí de los servicios y el aspecto que nos gustaría que tuvieran las ciudades. El Ayuntamiento de Zaragoza ha recibido casi 500 propuestas en una plataforma de participación en la que se solicitaban ideas sobre qué hacer con la plaza de Salamero y, aunque serán los técnicos del Consistorio quienes tengan la última palabra, podrán inspirarse en alguna de los planteamientos de los vecinos. 

Sobre estas líneas se propone un juego para probar sobre el plano algunas de las propuestas que son de lo más variado: desde crear una zona de juegos infantiles (en el parque del Turia de Valencia hay ejemplos) hasta tejer una alfombra vegetal (inspirada en un parque de Tennessee, Estados Unidos) o implantar un laberinto de setos que puede recordar al de 'Alicia en el país de las maravillas'. 

La reforma de la plaza de Salamero "no es una obra sencilla", en palabras del concejal Víctor Serrano, por sus condicionantes técnicos. Por ejemplo, el proyecto no puede disponer de árboles de gran tamaño, por las limitaciones que plantea el parquin subterráneo. De hecho, ese fue uno de los motivos de que la losa superior del aparcamiento cediera a principios de 2020 y que ha obligado a cambiar toda la techumbre.

Aunque los ciudadanos y participantes en la encuesta municipal no son expertos, muchos sí recuerdan que las plazas son un elemento primordial de la ciudad mediterránea. Combinan el ser lugar de paso (o paseo) y de estancia, como demuestra el que la plaza del Pilar, por ejemplo, sea conocida con el sobrenombre del "salón de la ciudad". Hasta hace unos años la tendencia era hacer “plazas duras” bajo el argumento de evitar la suciedad y ahorrarse costes de mantenimiento, pero ahora parece que la demanda vecinal exige zonas verdes y de asueto, como bien puede verse en las recreaciones superiores.

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