Pese a que el Ayuntamiento retomó la actividad institucional hace ya una semana, el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, aprovechó este martes para abrir el curso político con una serie de entrevistas con los portavoces de los grupos de la oposición. Sobre la mesa estaba la tramitación de las ordenanzas fiscales y el presupuesto, las dos cuestiones que se abordan en el Consistorio a la vuelta del verano. De entrada, esta misma semana habrá un primer acuerdo con su socio prioritario, Vox, que después de haber dado varias de cal en los últimos meses, ahora dará una de arena: finalmente habrá pacto para enjugar el déficit de 2020 (8,7 millones de euros), un aspecto sustancial de cara al cierre de este ejercicio y a los presupuestos del próximo año.

En un pleno extraordinario, el gobierno, con el apoyo de Vox, declarará este viernes «indisponibles» 8,7 millones de euros de gastos diversos, la mitad de ellos de personal. Las que no se tocan son las partidas que Vox incluyó en el presupuesto de 2020, como la avenida de Navarra, la prolongación de López Saz o la operación asfalto (PP-Cs lo intentó en julio y tuvo que retirar el expediente). Lo que no se va a ejecutar es fondos de los centros de mayores (150.000 euros) que quedaron sin gastar por haber estado cerrados por la pandemia, o de los servicios de teleasistencia y ayuda a domicilio (710.000 euros) que se van a ahorrar por los cambios en las respectivas contratas. Estas partidas sociales podrán generar críticas de la izquierda. Con este acuerdo, que se suma a otro similar aprobado en junio por 1,6 millones, se enjuga el remanente negativo de tesorería de 2020.

El encuentro del alcalde, que estuvo acompañado por la vicealcaldesa y portavoz de Ciudadanos, Sara Fernández, se convirtió en un repaso a los retos inmediatos que afronta el bipartito. Hoy, en el edificio Seminario, la coalición PP-Cs concretará los distintos asuntos que tendrán sobre la mesa el próximo año.

«Lo más inmediato es el debate de las ordenanzas fiscales y los presupuestos», afirmó Fernández, que citó además otros proyectos: el plan Pignatelli, el bosque de los zaragozanos (una iniciativa medioambiental que prevé la plantación de miles de árboles), la regeneración urbana o las políticas de vivienda.

El gobierno PP-Cs fijó como prioridades la bajada de impuestos, la política social, la mejora de la ciudad de los servicios públicos y el aumento de la inversión. La llegada de fondos europeos será también la base para diseñar unos presupuestos expansivos que conviertan en realidad los proyectos que hasta ahora no han pasado de la fase enunciativa, como confirma la baja ejecución de la inversión de este año. En cualquier caso, el bipartito descarta el escenario de la prorroga, que abocaría al Ayuntamiento a una fase de inestabilidad política que espanta en Alcaldía.

Sara Fernández se comprometió a hablar con todos los grupos, pero la clave la seguirá teniendo Vox, que apoyó la investidura de Azcón y sus dos primeros presupuestos. Por eso, la atención estuvo ayer en las palabras del portavoz de la formación de extrema derecha, Julio Calvo, a la salida de la reunión. Tras decir que Azcón es «condescendiente» con el presidente autonómico Javier Lambán y exigir un giro a la derecha del bipartito, el edil defendió aprobar los presupuestos a tiempo, no en marzo como este año, y se mostró dispuesto al diálogo. Pero al mismo tiempo avisó de que si el gobierno sigue persistiendo en partidas como las de cooperación al desarrollo o en las políticas de igualdad de la mujer, sus grandes caballos de batalla, puede haber motivos de «ruptura» o «fuerte tensión». De momento, el viernes, habrá acuerdo.