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La Policía ha desarticulado en Zaragoza en verano ocho bandas que desvalijaban casas

Los agentes detienen a dos jóvenes por el robo en un domicilio en Vía Hispanidad

Los objetos hallados tras el robo de un piso en vía Hispanidad.
Los objetos hallados tras el robo de un piso en vía Hispanidad.
Policía Nacional

La Policía Nacional ha desarticulado en Zaragoza, en lo que va de verano, ocho bandas especializadas en desvalijar viviendas. Los ladrones aprovechan la temporada estival para entrar en las casas, muchas de ellas vacías. Esta misma semana se producía un robo en un domicilio de Vía Hispanidad y la desarticulación de la última banda.

El pasado martes, la Policía detuvo a dos jóvenes de 22 y 25 años por un robo con fuerza en una vivienda de esa calle. Los hechos ocurrieron sobre las 23.30 cuando, al parecer, uno de ellos entró en un primer piso tras romper la venta de un dormitorio y sustraer joyas y dinero en efectivo. Al verse sorprendido por los agentes, emprendió la huida saltando dos vallas de la urbanización hasta llegar a la calle, donde fue interceptado.

Los policías realizaron una batida en la zona de los jardines del interior de la urbanización, donde observaron a otro joven que, al percatarse de su presencia, comenzó a correr en dirección a la Clínica Montpellier. Allí saltó la valla del parquin del hospital y cayó sobre un vehículo estacionado, al que provocó daños en la parte delantera. El personal sanitario indicó a los agentes que el individuo había accedido escalando hasta la terraza del primer piso del edificio, saltando después a la planta baja donde fue interceptado y detenido.

Los presuntos autores fueron trasladados a dependencias policiales y horas después pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia, quien tras escuchar su declaración los puso en libertad, con la obligación de presentarse ante la autoridad judicial cuando fueran requeridos.

Menos robos que hace dos años

Si bien el Grupo de Robos con Fuerza ha desarticulado ocho bandas, «más que nunca a estas alturas del verano», lo cierto es que «el número de denuncias de este tipo de delitos no está siendo muy alto, sino que incluso es bastante inferior al registrado hace dos años», durante el último periodo estival antes de la covid.

Desde la unidad recuerdan que, en caso encontrarse con marcas en la puerta o con otras, como un rastro de vaselina en la mirilla, es recomendable «llamar a la sala del 091 para que una patrulla pueda comisionarse en la comunidad para buscar huellas incriminatorias». También aconsejan telefonear en caso de encontrarse con la puerta abierta, ya que los ladrones podrían seguir dentro poniendo patas arribas el inmueble.

También ponen el foco sobre las ventanas del siglo XXI. Si bien antes los ladrones se fijaban en las persianas que permanecían bajadas durante varios días seguidos, ahora recurren a las redes sociales. «Recomendamos a la gente que intente ser discreta. Que no comparta desde su destino vacacional las fotos, porque puede estar dando pistas, sino que espere a la vuelta». La Policía recomienda también, con el fin de ponérselo más difícil a los amigos de lo ajeno, instalar bombines con certificado de calidad, doble cerradura de diferentes tipos y marcas, mirillas electrónicas o alarmas de seguridad.

Para los ladrones ya no vale con dejar las persianas subidas ni colocar una segunda cerradura en la puerta. Varias de las bandas desarticuladas este verano empleaban uno de los métodos ante el que está respondiendo la Policía: el ‘impressioning’, que requiere de una lámina de aluminio y una llave hueca. Para José Luis García de Vicuña, especialista en cerrajería y miembro de la Unión de Cerrajeros de Seguridad (UCES), este método permite abrir la puerta con facilidad, sobre todo «si la cerradura no es de cierta calidad».

Pero antes de abordar los domicilios, los ladrones deben seleccionar sus objetivos. «No tienen predilección por unas zonas u otras de la ciudad, pero sí que procuran acceder a todas las posibles dentro de una misma finca», indican desde la Jefatura Superior de Policía de Aragón. Para saber dónde pueden entrar sin oposición, los cacos colocan unos semáforos casi invisibles. «Ponen, en la parte inferior de las puertas, los ya conocidos hilos de silicona. Pero también unas balizas de plástico minúsculas en la parte superior. Hacen ronda por las mañanas, cuando las colocan, y a última hora del día entran en aquellas casas donde las señales siguen intactas», apuntan las mismas fuentes. Las cámaras de seguridad y alarmas tienen cierto efecto disuasorio, si bien «su efectividad no es del 100%».

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