zaragoza

La Guardia Civil cita a declarar a la dueña del coche que arrolló mortalmente a un concejal de Luceni

Al menos tres testigos han contado a la Guardia Civil que vieron a un conductor junto al arcén donde se halló el cuerpo. Los agentes no han localizado el BMW implicado, que pudo ser desguazado.

Dos coches se cruzan junto al punto en el que José Raimundo Soria fue atropellado.
Dos coches se cruzan junto al punto en el que José Raimundo Soria fue atropellado.
Oliver Duch

Han pasado tres meses desde que el pasado 10 de marzo José Raimundo Soria Laforga muriera atropellado en la carretera VP-24 a su paso por Luceni. Y aunque tanto el autor del siniestro como el paradero del vehículo son todavía dos incógnitas sin resolver, la investigación sigue más que abierta. La Guardia Civil ha citado a declarar mañana a la dueña del coche que arrolló al que fuera concejal de la localidad ribereña. Los investigadores ya visitaron en Luceni el domicilio de la propietaria días después del accidente, aunque esta no aclaró el paradero del coche, cuya desaparición no ha llegado a denunciar, ni quién estaba al volante. Los agentes de la Benemérita también le habrían interrogado por un hombre, del que no aportó información.

La citación del próximo lunes reabre una investigación que parecía enquistada. José Raimundo fue atropellado mientras echaba un último vistazo a un conato de incendio a las afueras del municipio desde el arcén de la vía y los agentes descartaron casi desde un primer momento la intencionalidad en el suceso. También comprobaron con la misma celeridad que el ocupante u ocupantes del vehículo incurrieron en una omisión de socorro y abandonaron el lugar. Y que hasta pudieron haber regresado para modificar la escena y esconder el cuerpo entre el quitamiedos y la vía del tren, bajo unos matorrales, según las primeras hipótesis.

Los investigadores cuentan con apoyo gráfico. La cámara de seguridad de una deshidratadora de alfalfa ubicada justo frente al lugar del atropello captó las imágenes del suceso, aunque la distancia, el tiro y la falta de luz no permitieron distinguir con nitidez al autor. Lo que sí pudieron comprobar los funcionarios durante la revisión del metraje es que el conductor fue plenamente consciente del atropello. No en vano, se bajó de su coche y pudo comprobar el resultado de su acción. Así lo evidencia no solo la grabación, sino también al menos tres testigos que declararon haber pasado por ese mismo punto kilométrico minutos después de que ocurriera el accidente, en torno a las 19.45 de aquel día. Dos de las conductoras que circularon por el lugar marchaban desde Alagón –donde habían estado haciendo la compra en un hipermercado– hacia Luceni, por el carril contrario al del atropello. Una tercera, que transitaba entre Luceni y Cabañas de Ebro, se topó de frente con el presunto homicida, que en ese momento ocupaba el estrecho arcén derecho.

Lo que tienen claro los agentes es que las cerca de doce horas que transcurrieron entre el fatal suceso y la aparición del cadáver fueron de gran utilidad para el conductor, que pudo poner tierra de por medio y hasta deshacerse del vehículo, cuyo paradero no se ha podido precisar en ningún momento. La Benemérita pidió ayuda a los propietarios de talleres por si el sospechoso acudía a arreglar la carrocería u otro elemento o, incluso, a deshacerse del coche, un BMW modelo Serie 3 con la carrocería de color plateado y matriculado a principios de este siglo. Un recurso habitual a la hora de abordar este tipo de pesquisas, pero que en esta ocasión no ha resultado todo lo propicio que se esperaba.

Punto habitual de imprudencias

Otro aspecto que deberán valorar los encargados de la investigación a la hora de revisar las imágenes es la actitud al volante del autor del atropello. Según señalaron los vecinos tras el triste suceso, la larga recta de la carretera en la que ocurrió el suceso es un punto habitual de imprudencias, sobre todo en materia de velocidad y adelantamientos temerarios.

«Confiamos en que capturen pronto al culpable»

Los familiares y amigos no se olvidan de José Raimundo Soria Laforga ni tampoco lo trágico y abrupto de su muerte, de la que pasados tres meses siguen quedando demasiadas preguntas sin resolver. Sobre todo, quién fue el autor del atropello. «Pensamos en él cada día, nos acordamos mucho y no queremos que su muerte caiga en el olvido», apunta Javier Oliver, uno de los mejores amigos del que fuera concejal de Cultura de Luceni. Lo que no se explican sus allegados es que, tres meses después del fallecimiento, se siga sin tener noticias del autor material. «Valoramos mucho el trabajo que desde el primer día han hecho los agentes, pero ahora mismo nos inquieta que no haya noticias. Seguimos confiando en que capturen el culpable y que, cuando llegue el momento, se le juzgue ya no solo por el atropello, sino por haber huido del lugar sin prestarle socorro y sin asumir sus actos», añade Javier.

Los amigos de José se plantean organizar algún tipo de concentración en el municipio ribereño para reivindicar que «el atropello no caiga en el olvido y se empleen todos los medios posibles para continuar con la investigación». «Es nuestro deber, tenemos que mantener vivo su recuerdo y pedir que se siga con la búsqueda», concluye el vecino.

Un recuerdo en el Moncayo

José Raimundo, que en los últimos años, y tras del fallecimiento de su madre, se había aficionado al senderismo y a las rutas de montaña, fue recientemente homenajeado en la cima del Moncayo. La talla de la Virgen del Pilar que luce en lo alto del pico tiene a sus pies, desde hace unos días, una piedra con una inscripción en recuerdo al fallecido. En concreto, la roca tiene anotadas las fechas de nacimiento y muerte del exedil.

Eso sí, sus amigos y familiares más cercanos no saben quién es el autor de este particular homenaje:«Lo vimos el otro día en un programa de televisión y nos quedamos muy sorprendidos. Pronto subiremos a verlo».

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión