Zaragoza

Calatayud desconfinada: "Estas dos semanas han sido demoledoras"

Comercios y hosteleros bilbilitanos valoran positivamente el fin de las restricciones y subrayan la necesidad de que lleguen vecinos de la comarca para la recuperación.

Las terrazas presentaban un animado aspecto este sábado, primer día de desconfinamiento, en el centro de Calatayud
Macipe

Tras 17 días en su segundo confinamiento perimetral, la jornada de este sábado significaba para los establecimientos comerciales y de servicios de Calatayud la recuperación de cierto grado de normalidad, el que cabe en el nivel de alerta 3. Así, el principal cambio es la libre circulación y la ampliación de los horarios, lo que se traducía en algo más de movimiento por sus calles más céntricas y concurridas. "Estos más de 15 días han sido demoledores, mucho peor que la primavera pasada", resumía Mónica Monteagudo, responsable de Cafetería Bombón, en plena plaza del Mercado.

"Hemos vivido con incertidumbre porque no teníamos claro que fueran a quitar el cierre. Hemos seguido trabajando, de ocho de la mañana a ocho de la tarde, hemos sacado lo mejor de nosotras mismas aun sin gente", reconocía la propietaria. En este sentido, durante las primeras horas de apertura, Monteagudo asumía:"Ya se va notando algo, por ejemplo de gente de los pueblos que ha bajado a comprar o a ver a sus familiares, a sacar a los mayores de las residencias…".

Aunque es un cambio mínimo por ahora, se trata de un pequeño rayo de esperanza. "Ha habido momentos en los que el pueblo se ha quedado vacío, no sabemos si porque la gente estaba confinada en sus casas o porque no querían salir, pero se ha notado muchísimo", puntualizaba. Cerca, en la misma plaza, Fernando de La Fuente, de La Sobresaliente, reconocía que "de momento ha habido poco movimiento de turistas". Entre los pocos que recorrían las arterías bilbilitanas estaban José Manuel, su mujer y una pareja de amigos, que se adentraban por la calle de la Bodeguilla. En su caso viajaban en dirección Barcelona y habían decidido hacer un alto a orillas del Jalón. "Habíamos estado, pero ellos no y queríamos que vieran la ciudad. Hemos comprado torreznos, hemos pasado por el Mesón de la Dolores y por el Santo Sepulcro, que ya nos han dicho que va a ser basílica", detallaba, aunque reconocía que había "poca vida para ser un sábado y muchos carteles de alquiler o venta". "Esperemos –dijo– que se puedan recuperar, porque la gente ha sido muy amable con nosotros y es una ciudad que nos ha gustado".

Calatayud estrena su desconfinamiento con alivio y esperanza

Desde la plaza Costa, Georgiana Cimpoeru, al mando del bar Rioja, asumía que el aislamiento del resto de la comarca "se ha notado muchísimo". "Hay que aguantar con lo poco que trabajas y es difícil. En mi caso voy a pedir de las ayudas, porque se ha notado la bajada con respecto a hace dos años, y este estamos trabajando aún menos", indicaba, mientras se disponía a desinfectar sillas y mesas de su velador a medio gas.

Para Beatriz Ruiz, de Peluquería BR, en la calle del Olvido, coincidía en que "han sido dos semanas muy malas, porque de los pueblos no baja nadie" y "los ingresos se reducen al mínimo". Sin embargo, aunque reconocían ver todavía un fin a esta situación, se mostraba optimista: "Hay que ser positivos y pensar que saldremos pronto de esta si todos juntos arrimamos el hombro".

Desde la calle de San Antón, Mari Carmen Calvo, de Lulú Belle, estimaba:"Para mí la gente de fuera de la ciudad supone un 60% de la facturación y es algo que han notado todos los gremios, todos". "Llevo desde los 14 años y esto no se había vivido nunca, pero tanto yo como las compañeras de las tiendas de esta zona hemos creído que la unión es lo principal y hacemos cosas en común: decoraciones temáticas, música, escaparates… Hay que seguir", sentencia.