«Me he equivocado». Pocas veces se escucha un disculpa tan clara y rotunda como la que el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, ofreció este lunes en la comisión del área celebrada en el Ayuntamiento. El edil reconoció que el proyecto de regeneración del entorno de la iglesia de San Ildefonso (o de Santiago el Mayor), dotado en el presupuesto con 2 millones de euros para comenzar a ejecutar el ambicioso plan del sector Pignatelli, «no es del agrado de los vecinos». Por ello, el gobierno PP-Cs, que no contaba en esta empresa con el apoyo de sus socios de Vox, ha paralizado la intervención y va a reorientarla «a la mayor brevedad posible» hacia aquella zonas más degradadas del barrio, tal y como reclamaban las entidades ciudadanas y los grupos de la oposición.

En concreto, el proyecto planteaba la pacificación del tráfico rodado de la zona, que se elevaría a cota cero para crear una plataforma semipeatonal en torno al templo, una de las puertas de entrada al sector Pignatelli. Además de la reposición de servicios pendientes, se prevía renovar el pavimento, el mobiliario urbano y el arbolado «con características más representativas y materiales más nobles», según los informes municipales. Para dar continuidad a ambos espacios, la intervención se iba a coordinar con la reforma de la plaza de Salamero.

El plan no contaba con el visto bueno de la oposición, pero especialmente crítico se mostró el socio del gobierno. El portavoz de Vox, Julio Calvo, reclamó que las inversiones en el sector Pignatelli comenzaran en calles «más degradadas, donde hay gente viviendo en casas apuntaladas y en unas condiciones lamentables». De hecho, advirtió de que, si la coalición PP-Cs no rectificaba, el de este año sería el último presupuesto municipal que contaría con sus votos.

Nuevas prioridades

Urbanismo incorporó el expediente al Consejo de Gerencia de la semana pasada para su aprobación y puesta en marcha, pero lo levantó a última hora para hablar con los vecinos y lograr su respaldo al proyecto. «No me duelen prendas en decir que nuestras prioridades no eran de su agrado», reconoció Serrano ante una pregunta del portavoz de ZEC, Pedro Santisteve.

«Hay que darle una vuelta a ese plan, porque pese a que el criterio técnico, que no político, dice que hay que intervenir en los espacios menos degradados, los de la periferia, no es del agrado de los vecinos», explicó el edil. En cualquier caso, advirtió de que cuenta con una partida de 2 millones de euros, y que su prioridad es «ejecutar obra».

Por ello, los técnicos municipales van a elaborar un nuevo proyecto con el que poder intervenir en otras zonas más necesitadas, como el triángulo que forman las calles de Pignatelli, Zamoray y Agustina de Aragón, sin renunciar eso sí a la mejora parcial del entorno de la iglesia de Santiago, por ejemplo, en el callejón de Diego Castrillo, junto a la plaza de San Lamberto.

«Intentaremos establecer esas prioridades y definirlas técnicamente a la mayor brevedad posible», indicó Serrano, que aseguró que la propuesta será consensuada con los vecinos y con los grupos de la oposición para que el proyecto no se dilate más en el tiempo y las máquinas entren en Pignatelli «cuanto antes».