BARES Y RESTAURANTES
La gamba regresa a El Champi del Tubo
Este emblemático bar de las cuatro esquinas ha reabierto con nuevos propietarios y algún cambio en su afamada tapa de champiñones, como la pérdida de protagonismo del ajo en la salsa.
La apertura de El Champi en 2002 sirvió de imán e impulso para atraer proyectos hosteleros que contribuyeron a revitalizar la zona de tapeo más popular de Zaragoza. Casi 20 años después, el emblemático bar del Tubo toma un nuevo rumbo con algunos cambios.
El Champi reabrió en las cuatro esquinas hace unos días después de haber cerrado varios meses por la pandemia. El regreso se ha producido con cambios en la propiedad. Goyo García 'aterrizó' con El Champi en la capital aragonesa desde la calle Laurel de Logroño, y ahora tiene intención de 'tomar' Madrid con su popular receta.
El relevo se lo ha dado a Matías Della, uno de los nuevos socios y encargado del local, contento de tomar las riendas de un bar que sí o sí, cuando la crisis sanitaria dé un respiro, “tiene que volver a funcionar a pleno rendimiento”. Esta etapa llega con algunos cambios –más bien detalles–, ya que la tapa de tres champiñones sigue siendo la única propuesta culinaria.
Entre las novedades, se recupera la gamba que se ponía encima de los hongos hace mucho tiempo. “Hemos decidido volver al origen –explica–, ya que hasta ahora este bocado se ofrecía en un mollete, como si fuera una pequeña hamburguesa”. También se ha modificado un poco la salsa: “Se ha rebajado la presencia del ajo y la aceptación está siendo muy buena”.
Por otra parte, comenta Matías, “seguimos apostando por un champiñón de primera categoría, y si por casualidad una semana no viene del tamaño que demandamos, lo que hacemos es poner cuatro ejemplares”.
El nuevo formato –del mollete a la brocheta– invita a comer esta tapa tal y como describe el encargado: “Como los champiñones van pinchados con un palillo sobre el pan, desmontarlos es un galimatías; lo que recomiendo es bajar el palillo y dejar la gamba y el primer hongo al descubierto y comerlo todo junto; seguir bajando y hacer lo mismo con el segundo hasta quedarte con el último trozo y la rebanada de pan untada en la salsa”.
En el interior del local se ha mejorado la iluminación, pero es en la fachada donde la transformación resulta más evidente. Con sus dibujos, el decorador Pedro González ha hecho un guiño a los principales productos que se pueden degustar: champiñón, gamba, aceite, ajo, cerveza, vino...
En cuanto a la bebida, continúan los ocho grifos de cervezas, sangría y tinto de verano, además del vino Particular de Cariñena. En estos momentos, el bullicio ha desaparecido de la barra, ya que no se puede utilizar, y en el interior solo se permite un aforo de 12 personas. Eso sí, el nuevo Champi ha ganado espacio en el exterior con la presencia de más mesas.
Asalto a Madrid
En cuanto al anterior propietario, Goyo García, ya está plenamente asentado en Madrid. Goyo comenta que la decisión de irse viene motivada por el deseo de “emprender un negocio adaptado a los nuevos tiempos”. En unos días tiene previsto abrir El Champi plaza Mayor y quiere poner en marcha otro más en el barrio de La Latina.
“En Zaragoza he aprendido muchísimo y han sido unos años magníficos –asegura–, pero creo que era el momento de dar el salto alrededor de un proyecto más moderno, ecológico y sostenible”. La forma de pedir su popular mollete será casi como en las grandes franquicias de hamburguesas, descargando una aplicación o haciendo el pedido en una máquina, pero también en la barra.
Lo dicho, un rincón del Tubo con mucha historia da el salto a la capital de España.
