El gobierno y Vox se enfrentan por los planes de las plazas de San Francisco y San Lamberto

El debate plenario en torno a los futuros proyectos urbanísticos de la capital aragonesa agrietó este miércoles la relación entre el gobierno y su socio. La falta de consenso se evidenció cuando el grupo municipal de Vox se desmarcó con sus votos de la coalición PP-Cs en las cuestiones relativas a la posible ‘supermanzana’ del entorno de la plaza de San Francisco y al plan de rehabilitación de Zamoray-Pignatelli. Debido a la posición de la formación de extrema derecha, y a petición del PSOE, el Ayuntamiento elaborará un censo de las viviendas de esta zona del Casco Histórico y hará inspecciones para determinar su seguridad.

En concreto, salieron adelante dos apartados de una moción del grupo socialista en la que se instaba a elaborar un análisis de las viviendas de esta área para determinar las intervenciones necesarias y su titularidad, así como identificar cualquier situación de riesgo. Sin embargo, no prosperó, por la abstención de ZEC, otro punto que pedía «no acometer en ningún caso» las obras proyectadas en la plaza de San Lamberto. Fue en esta cuestión en la que el portavoz de Vox, Julio Calvo, se mostró más alejado del gobierno, al considerar que la reforma «no se necesita en absoluto».

En eso se mostraron de acuerdo los grupos de la izquierda, PP y Cs votaron en contra de todos los puntos. «Nadie defiende esa obra», aseguró el concejal del PSOE Horacio Royo, que pidió, igual que ZEC y Podemos, «escuchar a los vecinos». En el caso de San Francisco, fue Vox quien presentó una moción para rechazarla, pero no se aprobó. «No se trata de que sea bueno, malo o regular, el asunto es que no es prioritario», dijo Calvo.

El edil de Urbanismo, Víctor Serrano, defendió ambos proyectos. Dijo que la reforma de San Lamberto viene de un convenio firmado y financiado por la DGA y criticó a la izquierda por «aprovechar cualquier fisura en la mayoría que sustenta el gobierno». Sin embargo, la división de la derecha no alcanzó al antiguo cuartel de Pontoneros, y tanto PP-Cs como Vox votaron a favor de la modificación urbanística necesaria para convertirla en una residencia.