Torrijas de receta bicentenaria bilbilitana para acompañar la Semana Santa

Pastelería Micheto, considerada una de las tiendas más antiguas de España, sigue elaborando sus reconocidos "ibéricos" desde Calatayud.

Las torrijas de la Pastelería Micheto, casa fundada en 1770 en Calatayud.
Las torrijas de la Pastelería Micheto, casa fundada en 1770 en Calatayud.
Macipe

La Semana Santa este año en Calatayud, como en el resto de España, carecerá de procesiones y de redobles en las calles, pero los más lambrotos seguirán teniendo la posibilidad de disfrutar del dulce tradicional de estas fechas en la ciudad: los ibéricos elaborados por la Pastelería Micheto. Detrás de ese nombre se encuentran unas torrijas realizadas siguiendo los pasos marcados por los creadores de un negocio fundado en 1770 y considerado como el más antiguo de Aragón y de España, que fuera también proveedor de la Casa Real.

"Es único", sintetiza Mari Cruz Micheto, que junto a Mabel y Miguel regentan el negocio y son ya la octava generación detrás del mostrador y a los mandos del obrador. "Cada festividad cuenta con un pastel específico y en estos días lo habitual son las monas y en nuestro caso también los ibéricos, que sería lo que popularmente es una torrija pero nuestra", remarca Mari Cruz.

Detrás de ese "nuestra" Mari Cruz desvela que hay un trabajo "muy laborioso" y "con mucho mimo". "Primero se hacen los bizcochos, que llevan mucha fama, pero porque los cuidamos mucho. Una vez hechos y fríos, hacemos la crema y se rellenan. Luego los juntas de dos en dos y pareja por pareja se pasan por huevo. Los fríes y los pasas por azúcar", detalla. El resultado solo los sentidos lo pueden definir.

Esa receta ha ido pasando de generación en generación, como es tradicional en este comercio. "Es la misma que hacía mi tatarabuelo, igual que con el merengue, se hace siguiendo los mismos pasos. Incorporamos alguno nuevo, pero la mayoría están hecho con el recetario que tiene ya más de 200 años", explica Mari Cruz. Con el paso de los años, lo que tampoco varía es la aceptación entre bilbilitanos, comarcanos y visitantes.

"Hoy (por ayer) hay hechos 40 y eso que no ha empezado la Semana Santa como tal. Entre el viernes y el sábado podremos vender unos 300 fácilmente", calcula Mari Cruz. A eso se añaden los encargos que van recibiendo: "Desde una semana antes la gente ya viene preguntando por ellos y nos van haciendo encargos porque nadie se quiere quedar sin ellos", afirma.

De hecho, explica que para muchos es algo que también es tradicional ya que pedirlos durante estos días se ha convertido en "una costumbre". "La gente ha venido toda la vida. Primero con sus padres y luego con sus propios hijos. Y eso se va extendiendo", reconoce Mari Cruz. Pero a pesar de la fama, eso no les ha librado de amables confusiones: "Una vez entró una pareja de Extremadura preguntando por los ibéricos pensando en jamón, chorizo y salchichón. Y les explicamos que nuestros ibéricos eran de otro tipo", recuerda con una sonrisa.

Otra de las piezas que nunca falta en su escaparate para estos días son las monas de Pascua hechas en chocolate. "Aquí no hay tanta demanda, pero todos los años se hacen. El pasado no, porque estuvimos cerrados, y este todavía lo estamos tanteando, pero mi hermano Manuel ha dicho que al final sí", confiesa Mari Cruz. En su caso, el proceso sigue el mismo cuidado: "Las hacemos nosotros de forma totalmente artesanal. Mi abuelo llegó a hacer el Santuario de la Virgen de la Peña o la Fuente de Ocho Caños", dice señalando un par de fotos que lo atestiguan desde la pared.

Actualmente, este negocio da trabajo a cinco personas en la ciudad y cuenta con el despacho, ahora en la céntrica calle Luis Guedea, y el obrador en la calle José de Nebra.

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