SEMANA SANTA

Tallas que superaron dos, tres y hasta cuatro pandemias

Dentro del rico patrimonio zaragozano hay varias imágenes que hunden sus raíces en el siglo XV. Antes del coronavirus, ya atravesaron epidemias de viruela, peste, cólera y gripe española

PROHIBICION DE BESAR LAS IMAGENES Y SIMBOLOS RELIGIOSOS EN ZARAGOZA / IGLESIA DE SAN MIGUEL / 06/03/2020 / FOTO : OLIVER DUCH [[[FOTOGRAFOS]]][[[HA ARCHIVO]]]
La imagen titular de los Nazarenos es una talla anónima del siglo XVII. Estos días está expuesta para que pueda ser venerada en la iglesia de San Miguel.
Oliver Duch

Sabido es que el patrimonio artístico de la Semana Santa zaragozana es rico y variado. También, superviviente, porque ha sufrido desgracias como el incendio de 1935 y el hundimiento del techo de la nave en la que se guardaban las tallas en 1982. Si vamos aún más atrás, en 1809 durante el segundo Sitio los franceses dinamitaron el convento de San Francisco, que es donde se recogían los pasos de la Semana Santa, por lo que poco queda de aquellas tallas originales y de la representación de la Pasión tal y como se hacía entonces. 

No son, en consecuencia, muchas las tallas que cuentan con más de un siglo de historia, si bien las honrosas excepciones superan con creces la redonda efeméride. De hecho, las hay que están atravesando la actual pandemia de la covid con una celebración sin procesiones, pero también vadearon la de la gripe española en 1918 e, incluso, la epidemia de viruela del siglo XVIII. Aún se podría ir un poquito más allá porque alguna ya había sido creada –o estaba en ciernes– en el siglo XV con la expansión de la peste y la cólera. 

SEMANASANTA.Paso de la Muerte, restaurado./15-3-2016/ Foto: Asier Alcorta[[[HA ARCHIVO]]]
Triunfo de la Vida sobre la Muerte. La Sangre de Cristo restauró hace unos años este paso alegórico que ya procesionaba en 1617.
Heraldo

De la celebración original de la Pasión en Zaragoza solo llegó a nuestros días el Cristo de la Cama, pero –y ahí está la explicación al resto– otras tallas fueron tomadas de sus sedes canónicas por las diversas cofradías y las convirtieron en sus pasos titulares. La presente crisis sanitaria del coronavirus impidió que el año pasado, con el confinamiento doméstico estricto, se pudieran venerar las imágenes que nunca antes habían faltado a su cita con los fieles. 

Es el caso del Cristo de la Cama, que siempre en Jueves y Viernes Santo –incluidos los cruentos años de los Sitios y de la Guerra Civil– ha podido venerarse. Durante la guerra de la Independencia, en mitad de los bombardeos, se expuso en El Pilar, con las heridas que le afligieron las bayonetas tras su rescate de las ruinas del convento de San Francisco por parte de María Blázquez y otros cuatro héroes anónimos. Este 2021, con el cierre de San Cayetano, la Cama volverá al Pilar el Viernes Santo.

PROCESION DEL SANTO ENTIERRO / SEMANA SANTA 2016 / 25/03/2016 / FOTO : ARANZAZU[[[HA ARCHIVO]]]
Nuestra Señora de la Piedad. La talla es obra del escultor Antonio J. Palao y fue realizada en 1871. Suele estar en San Cayetano pero esta Semana Santa se la venera en San Felipe.
Heraldo

Entre las imágenes más antiguas de la capital figuran también Jesús Nazareno, el Cristo de la Agonía o el Ecce Homo, que pueden verse estos días en la intimidad de las iglesias. Otra imagen bellísima y veterana es la de Nuestra Señora de la Piedad, que este año celebra su 150 aniversario para lo que se está preparando un acto para el 2 de abril en el que no faltarán flores ni jotas. ¿Más ejemplos? El Cristo Atado a la Columna data entre los años 1590 y 1600; el busto de la Coronación de Espinas es de 1781, el Descendimiento de Cristo de la Cruz fue esculpido por el bilbilitano José Alegre allá por 1847.

Conviene recordar también que antes de que la respuesta a las enfermedades la tuviera la ciencia, las creencias religiosas jugaban un papel importante: compartir el dolor de Cristo y confiar en su Resurrección está en el origen de muchas cofradías. Los comerciantes del entorno de la actual avenida de Cesaraugusto, por ejemplo, decidieron en 1522 –año de su fundación– encomendarse a San Joaquín para pedir protección y le prometieron una capilla si les libraba de la peste. Hoy forman la Dolorosa. Las rogativas también fueron una constante entre los siglos XVII y XIX: en 1833 el arzobispo ordenó nueve días de rezos y en 1885 el Cristo de la Cama procesionó de forma extraordinaria para velar por el futuro de la ciudad ante la epidemia de cólera.

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