balance 2019

El confinamiento y los controles redujeron las muertes en carretera a mínimos históricos en Aragón

Las restricciones de movilidad permiten acabar 2020 con 45 fallecidos de tráfico, la cifra más baja de las últimas décadas. El balance más positivo lo arroja la provincia de Huesca, donde las víctimas mortales han pasado de 24 a 15

ACCIDENTE MORTAL EN LA A230 EN CASPE CHOQUE FRONTAL ENTRE UN TRACTOR Y UNA FURGONETA / 21-02-2020 / FOTOS: FRANCISCO JIMENEZ [[[FOTOGRAFOS]]][[[HA ARCHIVO]]]
Cinco pakistaníes murieron en febrero en Caspe al chocar su furgoneta contra un tractor, el siniestro más grave en Aragón desde 2005.
Oliver Duch

La experiencia demuestra que el paso del tiempo termina acomodando nuestros recuerdos e imprimiéndoles cierto barniz analgésico. Y aunque será difícil rescatar algo positivo del año del coronavirus, casi siempre aparece algún asidero al que aferrarse. Por ejemplo, las cifras de siniestralidad vial, posiblemente, entre las pocas que han experimentando una evolución positiva a lo largo de este fatídico 2020. Según el balance oficial de la Dirección General de Tráfico (DGT), las carreteras aragonesas se cobraron durante los últimos doce meses un total de 45 vidas, lo que supone no solo el mejor registro de la última década sino un mínimo histórico.

A la espera de que los expertos analicen de forma más reposada los datos, se antoja evidente que el confinamiento y las restricciones de movilidad han tenido un claro impacto en el siempre trágico conteo de fallecidos en carretera. El pasado mes de abril, en pleno estado de alarma, una de las operadoras del centro de gestión de Tráfico de Zaragoza ofrecía una imagen muy gráfica: «Estamos viendo bandadas enteras de pájaros posadas sobre el asfalto». La insólita imagen era captada por una de las cámaras instaladas en el Pirineo aragonés, pero muchas otras vías –no solo de la red secundaria, incluso nacionales y autovías– se mostraban aquellos días prácticamente desiertas.

Las estadísticas hablan de una caída del 15% de los fallecidos con respecto a 2019, tendencia que se extiende o otros muchos territorios del país. En cualquier caso, las tres provincias aragonesas reflejan una evolución de la siniestralidad diferente. Y mientras Huesca y Teruel lograron recortar la cifra de accidentes mortales el pasado ejercicio, Zaragoza sumó incluso alguno más. De hecho, el número de decesos pasó de 22 a 25. A ello contribuyó sin duda el trágico accidente registrado el 21 de febrero en Caspe, donde 5 temporeros pakistaníes perdieron la vida en un choque frontal entre una furgoneta y un tractor de 13 toneladas. En un primer momento, fueron tres los muertos, pero en los días posteriores fallecieron dos de los heridos. Ningún otro siniestro había resultado tan letal en los últimos 15 años.

Los mejores datos, en Huesca

Pero si hay una cifra que destaca en este balance anual es la del recorte de fallecidos en las carreteras de la provincia de Huesca, que pasa de 24 a 15: 9 muertos menos. El dato resulta alentador, máxime cuando hace apenas unos días el último informe de Eurorap, en el que participa el Real Automóvil Club de España (RACE), hablaba de la red viaria oscense como la más peligrosa de España, junto a la de León . Es más, identificaba los 13 kilómetros de la N-240 entre Puente La Reina y el límite provincial con Zaragoza como el tramo con más riesgo de sufrir un accidente de todo el país.

Según el Europap, en otros 391 tramos viarios de Aragón existe un riesgo «elevado» o «muy elevado» de sufrir un accidente. En cualquier caso, de entre todos ellos, destacarían por su peligrosidad ocho repartidos entre Huesca y Teruel. A la primera corresponderían tres puntos negros en la N-230, de Benabarre al límite con Lérida, y otro de la N-330, entre Jaca y Villanúa. En la provincia de Teruel, esos tramos más conflictivos estarían situados en la N-420, entre la capital y Alfambra, y en la N-232, entre Híjar y el límite con la provincia de Zaragoza.

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