Zaragoza avanza en el reto de reducir la velocidad del tráfico y alcanza ya las 532 calles a cota cero

El Ayuntamiento elevará las calles Camón Aznar, Osa Mayor, Santiago Lapuente y San Miguel en 2021. La DGT limita a 20 km/h la circulación en estas vías, creadas para mejorar la accesibilidad peatonal.

La plaza de Santa Engracia de Zaragoza está en plenas obras de peatonalización y mejora.
La plaza de Santa Engracia de Zaragoza está en plenas obras de peatonalización y mejora.
Oliver Duch

La transformación de Zaragoza hacia un modelo de movilidad más sostenible y pensado para el peatón, sobre todo en el Casco Histórico y la zona centro, avanzará el próximo año con la pacificación del tráfico de cuatro calles (Santiago Lapuente, Osa Mayor, San Miguel y Camón Aznar) y dos plazas emblemáticas (Santa Engracia y Salamero). Con estas intervenciones de elevación de la calzada a cota cero, la ciudad rozará las 540 calles de plataforma única, un sistema que elimina las barreras arquitectónicas y reduce el tráfico rodado y su velocidad. De hecho, la DGT acaba de limitar la velocidad máxima en estas vías a 20 kilómetros por hora.

Calle de Camón Aznar, en el sector de Pignatelli de Zaragoza.
Calle de Camón Aznar, en el sector de Pignatelli de Zaragoza.
Francisco Jiménez

En la actualidad, en la ciudad hay 532 calles a cota cero que suman 677 tramos elevados, ya que algunas cuentan con varios. La mayoría se encuentran en el Casco Histórico, donde desde hace décadas se viene apostando por expulsar al vehículo privado en favor del peatón, así como en el entorno de la plaza de San Gregorio, en el Rabal, o en el distrito Centro, en vías tan populares como Cinco de Marzo o Cádiz, entre otros. Además, en este apartado se incluyen aquellas que son totalmente peatonales; grandes andadores en zonas de expansión, como Gómez Laguna, el Actur o Valdespartera; calles de circulación abierta al tráfico pero con prioridad peatonal; o las de acceso restringido solo para garajes, carga y descarga...

Por unos u otros motivos, cada gobierno municipal ha marcado su propio ritmo de pacificación de calles. Durante la anterior corporación, el entonces alcalde Pedro Santisteve impulsó un plan de cota cero en el Casco Histórico que pretendía elevar la calzada a la altura de la acera en 39 calles en dos fases. Sin embargo, tan solo pudo ejecutar 4: Santa Isabel, Miguel Molino, San Braulio y un tramo de Santo Dominguito de Val. A estas hay que añadir otras tres que se habían elevado antes de aprobarse el plan. Así ocurrió en Espoz y Mina, Trinidad y -la más polémica-, Don Jaime I, en la que los comerciantes se rebelaron contra la decisión de ZEC, que llegó en verano y sin consenso.

Elevación de la calzada en la calle de Don Jaime I de Zaragoza.
Elevación de la calzada en la calle de Don Jaime I de Zaragoza.
Oliver Duch

Reformas integrales

Con la llegada de Jorge Azcón a la alcaldía, se canceló la ejecución del resto de viales. El nuevo gobierno criticó que las intervenciones previstas se limitaban a elevar la calzada sin renovar el resto de servicios -ZEC eligió calles en las que no hubiera que actualizar la red de saneamiento para reducir costes-, y que el plan no contara con partida propia, sino que usaba la destinada a la conservación de infraestructuras.

Además, PP-Cs apostó por analizar en el marco del nuevo Plan de Movilidad las futuras peatonalizaciones, así como acordar con los vecinos las calles que serían objeto de reforma que, en este caso sí, serían integrales.

De cualquier manera, el proceso de pacificación mediante cota cero no se ha detenido. Este mismo verano se ha elevado la calle de Torrellas y la plaza de Ignacio Jordán, ambas en el entorno de La Magdalena, con el objetivo de eliminar barreras arquitectónicas y ensanchar las aceras, que eran muy estrechas.

Son dos de los principales objetivos de este tipo de intervenciones, que eso sí, tienen sus pros y sus contras para las personas con algún tipo de discapacidad. «No son todas iguales. Estas vías facilitan la movilidad de las personas con alguna dificultad física, pero para otras, como las que tienen una discapacidad visual o auditiva, convivir con los vehículos es complicado porque les invaden su espacio», apunta Luis Gonzaga, presidente de Cermi Aragón.

Un tramo de la calle de San Miguel, en Zaragoza.
Un tramo de la calle de San Miguel, en Zaragoza.
Oliver Duch

Ordenanza de accesibilidad

En este sentido, el Consistorio está preparando con las entidades sociales la actualización de la ordenanza de accesibilidad, en la que está previsto resolver este tipo de problemas mediante, por ejemplo, pavimento podotáctil que diferencie la zona común de la estrictamente peatonal, semáforos adaptados o señales acústicas en los patinetes y otros vehículos eléctricos silenciosos para evitar atropellos.

Con este objetivo, la DGT aprobó el pasado mes de noviembre una modificación del Reglamento de Circulación que restringió la velocidad máxima en las vías de plataforma única a 20 kilómetros por hora. En Zaragoza, la mayoría ya cumplía esta norma -e incluso menos-, salvo en la zona del Coso por el trazado del tranvía, que se tendrá que reducir. Todas las futuras pacificaciones ya contemplarán el nuevo límite.

Para el próximo año, el Ayuntamiento seguirá elevando calzadas. Por un lado, la reforma integral de las calles de Santiago Lapuente (Barrio Jesús) y Osa Mayor (Valdefierro), que suman una inversión de 1,1 millones de euros, apostarán por la cota cero.

Además, y como parte de la denominada ‘operación calles’, que permitirá reformar siete vías, incluida la avenida de Navarra, está previsto poner al mismo nivel la acera y la calzada del tramo de San Miguel en el que todavía no existe plataforma única. Lo mismo ocurrirá con las reformas de las plazas de Santa Engracia y de Salamero.

Finalmente, y como parte del plan especial para revitalizar el degradado sector Pignatelli, el Ayuntamiento licitará obra por valor de más de un millón de euros para adecentar el entorno de la iglesia de San Ildefonso (o de Santiago el Mayor). El proyecto, además de renovar el mobiliario urbano, el pavimento y el arbolado, contempla la pacificación del tráfico, con la elevación a cota cero de la calle de Camón Aznar.

Plataforma única para Salamero, Santa Engracia y el sector Albareda

La zona centro de Zaragoza será objeto de tres importantes intervenciones de pacificación del tráfico el próximo año. La primera en llegar será la reforma de la plaza de Santa Engracia, cuyos trabajos empezaron a finales de noviembre y cuentan con un plazo de ejecución de cuatro meses. A petición de Patrimonio, el Ayuntamiento diseñó y puso en marcha una reconfiguración de este espacio para convertirlo en prácticamente peatonal. Con un presupuesto de 700.000 euros (a cargo de la partida de mantenimiento de infraestructuras), el único paso de vehículos que se mantendrá, a las puertas de la basílica, será a cota cero.

Al otro lado de Independencia, Urbanismo acometerá otra reforma de calado en una emblemática plaza, la de Salamero, en este caso por obligación tras el fallo estructural en el parquin subterráneo que allí se ubica. A la espera de conocer el proyecto detallado que ultima estas semanas el Ayuntamiento, lo que ya ha avanzado el concejal del área, Víctor Serrano, es que se apostará por un espacio peatonal en el que, de nuevo, el escaso tránsito de vehículos será pacificado con plataforma única para conectar el entorno.

Plan Moves

Parte de los aledaños de Salamero será objeto de un proceso de pacificación y reordenación de las calles. Se trata del entorno de Albareda, donde el Ayuntamiento quiso intervenir este año pero, finalmente, tendrá que ser en 2021. En concreto, el gobierno PP-Cs quiere elevar a cota cero las intersecciones de este sector, cambiar de lado algunas filas de aparcamientos de vehículos, y modificar el sentido de circulación de la calle de Bilbao, entre las de Canfranc y Albareda, para evitar el paso de vehículos que utilizan este atajo para conectar con el paseo de Pamplona.

Todo ello en un proyecto de pacificación que incluiría la ampliación de las aceras y que fue presentado al plan de ayudas Moves de impulso a la movilidad sostenible. La propuesta no fue seleccionada, pero se va a volver a presentar a la siguiente edición próximamente. En cualquier caso, fuentes municipales confirmaron que la obra se llevará cabo cuente o no con financiación externa. De hecho, se encuentra ya en contratación.

El plan, que inicialmente contemplaba intervenir en todo el sector entre Pamplona, Coso, Independencia y César Augusto, se ha reducido a la espera de la solución que se plantee en Salamero.

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