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El hombre que degolló a su hija de 4 años en Zaragoza no tenía todas sus facultades anuladas

El infanticida, diagnosticado como esquizofrénico, aseguró que unas «voces continuas» le llevaron a matar a la niña. Los forenses solo aprecian ahora una merma de grado medio en sus capacidades.

El hombre, un hombre de origen nigeriano de 34 años y vecino de Las Delicias, huyó tras cometer el crimen y fue detenido minutos después cerca del hogar.
El hombre, un hombre de origen nigeriano de 34 años y vecino de Las Delicias, huyó tras cometer el crimen y fue detenido minutos después cerca del hogar.

La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza ordenó el pasado 17 de septiembre el ingreso en prisión de Nossa Ch. O., el vecino de Las Delicias que dos días antes degolló a su hija de 4 años y la remató con un cuchillada en el corazón. El historial médico del infanticida hizo pensar que había asesinado a la menor en pleno brote psicótico, ya que dijo haber obedecido a voces de «origen divino». Sin embargo, el Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) acaba de remitir a la magistrada    un informe que hará muy difícil a la defensa pedir su absolución por enajenación mental. Porque, aunque los forenses no obvian que el encausado fue diagnosticado como esquizofrénico en 2019, consideran que cuando acabó con la vida de su hija no tenía completamente anuladas sus capacidades cognitivas y volitivas. Es decir, a los efectos penales, no sería inimputable.

Tras examinar al homicida, que sigue en la enfermería del centro penitenciario de Zuera, los facultativos del IMLA concluyen que la merma que padece sería de «grado medio». Según estos, el hombre es plenamente consciente de que su hija está muerta, pero no da muestras de arrepentimiento ni transmite ningún «sentimiento emocional» por ella. «Muestra cierta empatía con su pareja al decir que ‘ella está sufriendo’, sin mencionar que él es el causante de ese sufrimiento», explican.

Durante la entrevista que mantuvo con los forenses el pasado 16 de noviembre, el investigado reconoció que desde que ingresó en prisión no ha vuelto a escuchar voces. Sin embargo, Nossa Ch. O. insistió en que el día de los hechos estas eran «continuas». Según este, «Dios» llegó a ordenarle el sacrificio de la niña.

Llegó en patera en 2009

El hambre llevó a este nigeriano de 34 años a abandonar su país y cruzar el estrecho en patera en 2009. Tras pasar un tiempo en Madrid, donde conoció a la madre de sus hijos –después de la niña tuvieron un chico–, el encausado se trasladó a Zaragoza, ya que le ofrecieron un puesto de trabajo en el Parque de Atracciones para desempeñar labores de limpieza y mantenimiento. Sin embargo, tras un episodio violento en el que llegó a atacar a varios compañeros, Nossa Ch. O. acabó en la calle. Y desde entonces no ha vuelto a tener una nómina.

Fue precisamente aquel incidente el que permitió diagnosticar la esquizofrenia al vecino de Las Delicias. Cuando le dieron el alta, los facultativos del Hospital Clínico le prescribieron un tratamiento farmacológico, «que realizó parcialmente y por breve espacio de tiempo».

Los forenses consideran que el nigeriano presenta diferentes estresores psíquicos por el consumo crónico y elevado de cannabis, problemas laborales, dificultades económicas, posible conflicto de pareja, antecentes psiquiátricos... Y serían estos, dicen, lo ques pudieron afectar a su capacidad de «comprender totalmente las consecuencias» de obedecer las supuestas voces. «No obstante –apuntan–, reconoce haber ido a la habitación con el cuchillo y de los dos niños haber cogido a la hija, indicando una capacidad electiva».

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