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Un joven de La Puebla de Alfindén destroza un cajero a martillazos para recuperar su dinero

La Guardia Civil acudió a la localidad pensando que se trataba de un robo, pero se llevó a una tremenda sorpresa al ver que la persona que estaba forzando la máquina no hacía ningún amago de huir. 

Imágenes del atestado de la Guardia Civil.
Imágenes del atestado de la Guardia Civil.
G. Civil

Un joven de La Puebla de Alfindén (Zaragoza) tendrá que comparecer este miércoles ante un juez para explicarle cuál fue la urgencia económica que le llevó a destrozar un cajero automático a martillazos el pasado 19 de septiembre. Al parecer, fue un vecino quien alertó a la Guardia Civil al ver que alguien estaba intentando desmontar la máquina a plena luz del día -eran las cuatro y media de la tarde- y sin ningún tipo de pudor, ya que la oficina de la entidad bancaria se encuentra en plena travesía. La Guardia Civil entendió que se trataba de un robo con fuerza y movilizó enseguida a una patrulla del puesto de Leciñena. Sin embargo, los agentes se llevaron una tremenda sorpresa al llegar, porque esperaban toparse con un ladrón y a quien se encontraron fue a una persona que decía reclamar su dinero. En concreto, 150 euros.

Según el atestado policial, Sergio G. M., de 33 años, no hizo ningún amago de marcharse o intentar ocultar el martillo al ver llegar a los uniformados. De hecho, cuando estos se acercaron para pedirle explicaciones seguía intentando abrir el cajero con la caja de herramientas que había ido a buscar a casa. Al preguntarle qué hacía, esta persona les explicó que había ido a sacar dinero y había tenido un “problema” con la tarjeta. Les dijo que era cliente de la entidad y tenía dinero en la cuenta, pero le había resultado imposible hacer una extracción de 150 euros.

Según el investigado, al ver que no podía retirar los billetes, llamó al teléfono de atención al cliente y le indicaron que en ese momento no podían solucionar el problema. Una situación como esta es bastante habitual, lo que no es tan frecuente es que el usuario decida solucionar las inoportunas contingencias tecnológicas a martillazos. Pero eso es lo que hizo este vecino de La Puebla de Alfindén, que trató de justificar su iracunda reacción diciendo que necesitaba el dinero “en el acto y no otro día”.

Una reparación de 3.757 euros

Cuando los guardias le obligaron a deponer su violenta actitud, esta persona había arrancado ya varios embellecedores del dispensador. Su intención era ‘liberar’ la boca del frontal por el que se extraen los billetes. El investigado aclaró que solo pretendía coger sus 150 euros, que el resto del dinero no lo iba a tocar. Pero lo cierto es que solos los destrozos causados al cajero superan con creces la cantidad que pretendía retirar.

Cuando el director de la oficina bancaria acudió a tramitar la denuncia, aportó un presupuesto que indicaba que la reparación ascendía a 3.757,55 euros. Posteriormente, el juez que investiga a este vecino por un delito de daños solicitó un informe pericial que rebaja a 2.515 el arreglo. En cualquier caso, la factura sigue siendo elevada.

El autor de los martillazos, al que asiste la letrada Carmen Sánchez, no quiso prestar declaración en el cuartel, por lo que este miércoles tendrá una segunda oportunidad para justificar lo a priori injustificable.

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