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Un “punto negro” de desperdicios frente a la Cartuja de Aula Dei

Enseres voluminosos, muebles y escombros se acumulan casi a diario frente al acceso al monasterio y la parada de la línea 28 de autobús, en la avenida de Montañana.

Contenedores frente a la Cartuja de Aula Dei.
Contenedores frente a la Cartuja de Aula Dei.
G. M.

Basura fuera de los contenedores, colchones, ropa, palés, muebles e incluso escombros son algunos de los objetos que pueden encontrarse a escasos metros del acceso a la Cartuja de Aula Dei. A este complejo declarado Bien de Interés Cultural acuden cada año 5.000 visitantes atraídos por las pinturas de Goya que alberga su iglesia. Sin embargo, su majestuosidad contrasta la imagen que presenta, casi a diario, el arcén de la carretera por la que se accede.

A escasos metros de la puerta por la que se entra al recinto y de las paradas de la línea 28 de autobús, en la avenida de Montañana, hay media docena de contenedores que se han convertido en un punto negro de acumulación de basura. “Esto, para los visitantes, da una imagen pésima. Me parece tristísimo”, comenta Gustavo María, un vecino que pasa por la zona todos los días. Según María, la situación no es nueva, ya que los desperdicios se agolpan junto a los contenedores desde hace años. “Cuando estaban los cartujos anteriores esto ya estaba hecho un desastre”, señala.

Este vecino asegura que ha llegado a ver furgonetas y camiones descargando escombros en la zona con total tranquilidad, por lo que considera que se trata de un problema de civismo y educación y no tanto de falta de limpieza. “El servicio de limpieza funciona, los que no funcionamos somos los ciudadanos. Los que limpian pasan todos los días. Viene un camión y recoge todos los bártulos, pero después del fin de semana los lunes amanece igual”, afirma.

Todo ello a pesar de que durante el verano, el Ayuntamiento de Zaragoza, instaló en este y en otros puntos carteles recordando que dejar la basura fuera de los contenedores es perjudicial para todos. No obstante, los incívicos hacen caso omiso y continúan descargando su basura fuera de los contenedores, algo que incumple la Ordenanza Municipal.

Desde el consistorio insisten en que este tipo de conductas solo sirven para “degradar la escena urbana, generar un trabajo extra para los trabajadores de la limpieza y propiciar la aparición de plagas tan indeseadas como las de ratas o insectos”. En este sentido, recuerdan que los zaragozanos disponen de un servicio de recogida de objetos voluminosos puerta a puerta llamando al 010, así como distintos puntos limpios fijos y móviles repartidos por toda la ciudad.

Para Mamen López, alcaldesa de Peñaflor, esa zona es un auténtico “punto negro” en lo que a basura se refiere. “Este punto de recogida siempre ha sido muy crítico porque está en la carretera, con lo cual, ya no solo echa basura gente de la zona, sino cualquiera que pase”, señala.

Desde alcaldía achacan el aumento de muebles y escombros a la llegada de nuevos vecinos tras el confinamiento de marzo. “Hemos visto un incremento de la gente que se ha venido a vivir a la zona. Había viviendas que llevaban mucho tiempo cerradas a las que se les ha dado una nueva vida renovándolas y mucha gente ha tirado cosas”, apunta.

Además, desde Peñaflor señalan que ese no es el único punto problemático en el término del barrio rural. “Hemos tenido restos de obras en la calle San Cristóbal y también se acumula basura fuera de los contenedores de la entrada de la urbanización Los Guarales 2”, añade.

López insiste en que “la basura llama a la basura” por eso cree que lo mejor para acabar con este tipo de conductas es actuar rápido para evitar que la situación se cronifique. “Si das el aviso y rápidamente lo recogen ya no queda la muestra de que eso es un vertedero”, dice.

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