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Un juzgado investiga la denuncia a dos mandos por casos de covid en los GRS de la Guardia Civil de Casetas

La asociación Jucil denuncia a dos oficiales por no mantener en cuarentena a los agentes a su mando en la central de Ascó. Representantes de los denunciados dicen que cumplieron órdenes de Sanidad.

Imágenes de ayer durante la vigilancia con agentes del grupo de reserva y seguridad (GRS) con base en Casetas.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Gandesa (Tarragona) investiga la denuncia interpuesta por la asociación Jucil contra un comandante y un capitán del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil de Casetas por no poner en cuarentena al grupo que dirigían, tras detectarse dos contagios de covid. La asociación atribuye a los dos mandos un delito de prevaricación administrativa y otro de lesiones por imprudencia grave.

La denuncia, presentada por el abogado de Jucil, Marco Antonio Navarro, hace mención a un episodio ocurrido con los 34 guardias civiles, todos de los GRS con base en Casetas, que el pasado septiembre fueron enviados a la central nuclear de Ascó, en Tarragona, en tareas de vigilancia.

Estando allí, dos agentes dieron positivo en covid-19 y fueron confinados en la central. Al resto se les practicó test rápidos y fueron trasladados a Zaragoza. La asociación cuestiona que los mandos decidieran replegarlos a Casetas de "manera arbitraria" y sin cumplir la normativa sanitaria de confinamiento. A su juicio, infringieron "la obligación de estar en cuarentena en la misma planta nuclear" y "esperar" la práctica de las pruebas PCR" para evitar el contagio de sus familias  y luego, si era necesario, cumplir el confinamiento en sus domicilios.

Por su parte, la Unión de Oficiales, en nombre del comandante (ahora teniente coronel) y el capitán rechazan las "graves acusaciones" que califican de "falsas" y "tergiversadas". Añaden que la decisión de los mandos de replegar a los guardias civiles se tomó para cumplir las directrices de la Consejería de Sanidad de Gobierno de Aragón. 

Explican que el contagio tuvo su origen en una comida celebrada el 12 de septiembre en Zaragoza a la que asistieron unas 30 personas, entre ellas personal del GRS. A Tarragona fueron enviados el día 14, y el 17 uno de los guardias que estuvo en la comida empezó a tener síntomas, se le hizo un PCR y dio positivo. 

Según la asociación de oficiales, de todo esto se informó a la Consejería de Sanidad de Aragón, quien, el 22 de septiembre a través de un escrito, "recomendó" que los dos positivos permanecieran aislados en Ascó hasta recibir el alta y el resto fueran trasladados lo antes posible a la base del GRS en Zaragoza para hacer PCR. Al final, fueron detectados 9 casos positivos más y se determinó que 6 de ellos habían asistido a la comida, según la asociación.