día del pilar
Zaragoza: una ciudad con quince rostros
Promesas de equipamientos sin cumplir, líneas de bus que no ven la luz y solares faltos de limpieza son algunas de las demandas de los vecinos de la capital, que por contra sacan pecho de la convivencia en sus calles y del sentimiento de pertenencia
Una ciudad es mucho más que la suma de sus partes, y en esa ecuación, la clave son los barrios. Algunos históricos, otros recién nacidos, unos densos como grandes urbes y otros dispersos como pequeños municipios, todos ellos cuentan con sus virtudes y defectos. Por ello, HERALDO ha consultado a los representantes vecinales de cada uno de los distritos para conocer la radiografía actual de la capital aragonesa.
Entre las reivindicaciones más recurrentes se encuentra la falta de equipamientos públicos, pero también las deficientes conexiones del transporte urbano, en especial en las zonas más periféricas. En el centro molesta el ocio nocturno y en sectores concretos, como Oliver o Pignatelli, la seguridad. Por contra, estas zonas disfrutan de "tener todo a mano", mientras que a las afueras "se vive tranquilo y feliz". Pero en todos ellos destacan el sentimiento de pertenencia y la cercanía de sus gentes.
Casco Histórico
Lo mejor
Ubicación. Sus vecinos no necesitan el transporte público para llegar en apenas unos minutos a casi cualquier sitio del centro.
Lo peor
Regeneración. Las molestias del ocio nocturno y la recuperación de espacios como el antiguo cuartel de Pontoneros.
Centro
Lo mejor
Servicios. Al igual que sus vecinos del Casco, los del Centro tienen casi todos los servicios a un paseo de distancia.
Lo peor
Sin centro cívico. Es su reivindicación más histórica, ya que jóvenes y mayores no cuentan con este recurso municipal tan básico.
Las Delicias
Lo mejor
Comunidad. Los vecinos de Delicias mantienen un "sentimiento de comunidad y pertenencia" y hacen "mucha vida en la calle".
Lo peor
Inversión. Desde la asociación demandan más inversión de las instituciones en salud, educación, servicios sociales y limpieza.
Universidad
Lo mejor
Comunicación. Tienen a mano el campo de fútbol, los hospitales, la universidad, los parques... y aun así, están muy bien comunicados.
Lo peor
Orillas del Huerva. Los antiguos viveros Sopesens "son un nido de ratas". Además, los vecinos no disponen de centro para mayores.
Casablanca
Lo mejor
El tranvía. Los convoyes les llevan al centro en un momento, aunque la vida en este barrio es de por sí "tranquila y agradable".
Lo peor
Rehabilitación. Sus edificios, sobre todo los de la zona de Las Nieves, necesitan una renovación y ascensores para la gente mayor.
Distrito Sur
Lo mejor
Edad media. Con 33 años de edad media, es de largo el barrio más joven, y encima "no hay polución ni problemas de aparcamiento".
Lo peor
Sin centro deportivo. Los vecinos no pueden hacer deporte en instalaciones municipales y siguen reclamando el parque 'Libro de la selva' en lugar del recinto ferial.
San José
Lo mejor
Esencia de barrio. Los vecinos destacan la cercanía y la convivencia de uno de los distritos históricos, donde además disfrutan del parque de La Granja.
Lo peor
Servicios sociales. Por contra, lamentan las "carencias" en atención social y reclaman un nuevo centro de salud.
Las Fuentes
Lo mejor
Comunicación. Dicen sus vecinos que sus calles son "agradables" para vivir y que además cuentan con "muy buenas" comunicaciones.
Lo peor
Torre Ramona. La recuperación de este histórico inmueble sigue en el debe del Consistorio, así como la creación de un centro para mayores.
La Almozara
Lo mejor
Riberas. La antigua Química disfruta de amplias avenidas a orillas del Ebro en un ambiente tranquilo y a dos pasos del centro.
Lo peor
Aparcamiento. Es de los distritos más complicados para estacionar. Además, queda por ejecutar el parque lineal entre la intermodal y La Aljafería.
Miralbueno
Lo mejor
Viviendas de calidad. Miralbueno mantiene el espíritu de un pueblo con las comodidades de las nuevas construcciones.
Lo peor
Bus urbano. La eterna demanda de los vecinos es lograr mejores frecuencias en la línea 52 y la prolongación de la 21.
Oliver-Valdefierro
Lo mejor
Un parque "maravilloso". Los vecinos destacan el parque del Oeste y, sobre todo, la sensación de "conocer a todo el mundo".
Lo peor
Seguridad. Los problemas de delincuencia y la suciedad afectan a la convivencia.
Torrero-La Paz
Lo mejor
Los pinares y el canal. La "gran joya" del distrito son las amplias zonas vedes. También destacan que es "muy comunitario".
Lo peor
Tráfico. Demandan una mayor pacificación del tráfico y aceras más anchas. También más protección para los más vulnerables.
Actur
Lo mejor
Evolución. Ha pasado de ser un barrio nuevo y sin servicios a contar con buenas comunicaciones y, entre otros, un centro comercial.
Lo peor
Saturación. La asociación vecinal reclama medidas para acabar con la saturación del hospital Royo Villanova.
El Rabal
Lo mejor
Zona de expansión. Las riberas y la construcción de pisos lo están convirtiendo en un polo de atracción "a 10 minutos del centro".
Lo peor
Estación del Norte. Sigue pendiente la mejora del entorno del centro cívico, así como el plan director del parque Tío Jorge.
Santa Isabel
Lo mejor
Calidad de vida. Ambiente tranquilo, unifamiliares y buenos equipamientos deportivos.
Lo peor
Transporte. Los vecinos piden líneas de bus, remozar los solares vacíos y retomar inversiones paralizadas en parques y plazas.
Distritos rurales: otra forma de vida con sus propias carencias
Más de 30.000 zaragozanos residen en los denominados barrios rurales, 14 distritos periféricos que cuentan con sus propios alcaldes y, sobre todo, con unas peculiaridades que distinguen su día a día del resto de vecinos de la capital aragonesa. Son, además, de lo más heterogéneos. En Casetas residen más de 7.500 personas, que pese a contar con unas piscinas públicas algo desatendidas y a echar en falta un nuevo colegio, se muestran satisfechos de la "familiaridad" de "vivir como en un pueblo", declara su representante vecinal, José Luis Almenara.
Es este un sentimiento compartido. En Garrapinillos, su alcalde, Mariano Blasco, dice que "casi todo son ventajas" en un barrio joven con mucha zona verde, aunque echa en falta el arreglo de caminos y una casa de juventud, entre otros equipamientos.
En el caso de San Gregorio, donde apenas residen 600 personas, reclaman un parquin disuasorio para dar servicio al hospital Royo Villanova, así como una buena capa de asfalto en sus calles. Eso sí, su alcalde, José Antonio Hernández, celebra que vivir allí es "oro molido".