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El TSJA revoca la condena contra tres directivos de un equipo de baloncesto femenino

El tribunal considera que si no pagaron los alquileres de apartamentos para las jugadoras en la temporada 2011-2012 no fue de manera deliberada sino porque las administraciones no abonaron las subvenciones.

Fachada de la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Fachada de la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Javier Pardos / HERALDO

El Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) ha revocado la sentencia que condenaba a un año de prisión y una multa de 1.080 euros a tres exdirectivos del equipo de baloncesto femenino Basket-Zaragoza Mann Filter por un delito de estafa agravada. La Audiencia Provincial los condenó al apreciar que actuaron con ánimo de engañar y de lucro cuando alquilaron (y no llegaron a pagar) varios apartamentos en el edificio Los Girasoles para alojar a familiares, árbitros y jugadoras del Mann Filter durante la temporada 2011-2012.

La empresa Eizasa, propietaria de los apartamentos, denunció a Fernando Fabra Olmos, José María Morales Sanvidal y Antonio Manero Varela-Seijas como presidente, secretario tesorero y director deportivo, respectivamente de la asociación deportiva Basket Zaragoza Club Deportivo, por el impago de una deuda de 12.458 euros.

Para el tribunal de la Sección Sexta hubo una conducta engañosa y se valieron del nombre del club para dar "imagen de seriedad" y "confianza" y alquilar los apartamentos "sabedores de que no podían hacer frente a los gastos". Ahora, tras analizar los recursos de los tres, la Sala de lo Civil y Penal llega a conclusiones totalmente distintas.

El TSJA considera que se hizo una errónea valoración de la prueba y que el impago de los servicios contratados se produjo como consecuencia de que las subvenciones aprobadas por el Gobierno de Aragón (217.115 euros) y del Ayuntamiento de Zaragoza (58.437 euros) no llegaron a hacerse efectivas por las dificultades presupuestarias derivadas de la crisis económica.

La nueva sentencia, que puede ser también recurrida, recoge que la confianza en el acuerdo surgió por las buenas relaciones entre la empresa Filtros Mann y el Grupo Carreras, propietario de Eizasa. En definitiva, afirma que no hubo ningún engaño, sino una situación "sobrevenida", y tampoco hubo un lucro personal.

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