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Confiesa que espiaba a menores para hacerles fotos de índole sexual y acepta 7 años de cárcel

La juez le prohíbe acercarse a las víctimas y suspende la condena a condición de que no vuelva a delinquir. Fotografiaba a las chicas en bibliotecas y zonas deportivas de Zaragoza. 

El acusado, sentado, habla con su abogado, de espaldas, en los juzgados.
El acusado, sentado, habla con su abogado, de espaldas, en los juzgados.
Heraldo

La valentía de una joven que denunció y una compleja investigación de la Policía Nacional permitió en 2018 detener a R. M., un hombre de unos 50 años que se dedicaba a fotografiar a escondidas a niñas y adolescentes de Zaragoza. Los agentes encontraron en su poder cientos de imágenes en las que la mayoría de las veces solo se veían las partes íntimas y ropa interior de las menores y no sus caras, lo que hizo mucho más complicado identificar a las víctimas. Aún así, los investigadores pudieron localizar a siete de ellas (seis menores y una de 18 años).

Los policías, pertenecientes a la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM), descubrieron que el hombre se colaba en bibliotecas y simulaba estudiar mientras fotografiaba a las chicas. Incluso llegó a colocar cámaras en zonas de estudio de la Universidad de Zaragoza, según fuentes jurídicas. También accedió a instalaciones deportivas y vestuarios. Al parecer, las imágenes eran para su propio consumo y no llegó ni a contactar con las menores ni a subir ni compartir sus fotos en internet.

El juicio contra R. M. se celebró ayer, aunque no llegó a declarar nadie en la vista oral, puesto que la representante de la Fiscalía, la acusación particular y la defensa llegaron a un acuerdo que el encausado aceptó. En concreto, se conformó con una pena de un año de cárcel por cada uno de los siete delitos contra la intimidad que reconoció haber cometido. A pesar de sumar siete años, no ingresará en prisión, ya que la juez accedió a dejar en suspenso la condena si durante ese tiempo no vuelve a delinquir. También le impuso una medida de alejamiento de cinco años de las víctimas.

La captación de imágenes con ánimo libidinoso sin el conocimiento de las víctimas no es algo infrecuente. En Zaragoza se han juzgado casos que han terminado en condenas de prisión. Uno fue el protagonizado por el exjefe de la oficina de Tráfico de la Policía Local, que grabó por debajo de la falda durante meses a 14 compañeras con bolígrafos espía o cámaras ocultas. Así obtuvo 5.256 fotografías y 244 vídeos. Fue condenado a cuatro años de cárcel.

Anteriormente fue detenido y condenado un maestro de Educación Primaria por colocar un sistema de grabación en el cuarto de baño de las mujeres del centro y por captar con cámara oculta imágenes de mujeres en centros comerciales y la vía pública. Un profesor de la Facultad de Veterinaria fue arrestado por un hecho parecido.

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