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Dos científicos zaragozanos, dos posturas respecto al contagio por aerosoles

Fernando simón y José Luis Jiménez son dos científicos aragoneses con ideas distintas acerca de las posibilidades de contraer el coronavirus a través del aire. 

José Luis Jiménez y Fernando Simón, dos zaragozanos bien conocedores del covid-19.
Efe/Enrique Cidoncha

No siempre hay un aragonés en primera línea de un tema de actualidad. Por eso choca que sean dos zaragozanos, Fernando Simón y José Luis Jiménez, quienes protagonicen un debate de vital importancia. Se trata de la polémica en torno al contagio del coronavirus a través de los aerosoles, una idea que Jiménez, investigador en la Universidad de Colorado y experto en este campo, viene defendiendo desde hace meses. Frente a él, Simón considera que es una tesis que no está todavía suficientemente contrastada. 

"Sabemos que en situaciones particulares sí, que los aerosoles de gota pequeña pueden permanecer en el ambiente un cierto tiempo. No tenemos hasta ahora evidencia sólida, aunque va apareciendo algún estudio, de que haya habido transmisión probada en medios sociales normales", expresó el pasado jueves en rueda de prensa el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad.

El profesor de la Universidad de Colorado, con todo el respeto a su paisano, salió al quite a través de Twitter, plataforma desde la que divulga desde hace tiempo sus investigaciones y conclusiones: "Lo siento, doctor Simón, pero la evidencia de transmisión por aerosoles es apabullante. Y es la mayoría de la transmisión. De lo que no tenemos hasta ahora evidencia es de que haya habido transmisión por gotas en medios sociales normales". El zaragozano afincado en Estados Unidos es uno de los 239 científicos firmantes de la carta abierta a la OMS en la que le piden que revise sus recomendaciones para dejar claro que el coronavirus se transmite por el aire.

Jiménez aboga, siempre que sea posible, por realizar todo tipo de actividades en el exterior, así como por mantener una ventilación constante cuando no haya posibilidad de hacerlo, como por ejemplo en un trabajo de oficina. En estos casos, recomienda filtrar el aire si hay capacidad económica para ello, así como reducir las conversaciones y rebajar el tono al hablar, pues un nivel elevado de decibelios puede estar ligado a una mayor suspensión de aerosoles, esto es, partículas del virus suspendidas en el aire. Éstas pueden sobrevivir durante minutos e, incluso, varias horas.

El profesor aragonés en Colorado pretende evitar lo que ocurrió con la tuberculosis: durante décadas se pensó que el bacilo de Koch se transmitía por gotículas y fómites, basándose en la observación de infección en proximidad cercana. Después de demostró que esta enfermedad solo se puede transmitir por aerosoles.